"El inicio del misterio de los UFOs comenzó, al menos para mí, en un día soleado de verano en Barron, Wisconsin en el año 1934. Los detalles de ese avistamiento aún están frescos en mi mente, y aunque yo sólo tenía nueve años me impresioné mucho por lo que vi. Barron en 1934 era un pequeño pueblo de cerca de 1500 personas de población. Los aviones eran raramente vistos en la zona, aunque sería más exacto decir que los “globos climatológicos” eran extraños de ver, inclusive un monoplano era todo un evento en el área. La “cosa” estaba en el sudoeste cuando yo lo noté por primera vez. Yo llamé la atención de mis dos amigas de juego para que lo vieran, y una dijo que pensó que era un paracaídas. Su color era blanco brillante. Su tamaño era como si sostuviéramos una moneda con la mano extendida desde nuestra perspectiva, no había cuerdas que lo sostenían ni por debajo de él. Lo podría describir como una sombrilla abierta sin su varilla para sujetarla con la mano, sin su mango. No hizo ningún sonido mientras se orientó en dirección noroeste a través del claro cielo despejado. No iba rápido, de hecho iba avanzando a un ritmo lento de velocidad y con un movimiento extraño, que ha sido descrito en reportes recientes como “ondulante”. Vimos el objeto por tal vez veinte segundos. Luego pareció irse por el horizonte, o tal vez vino a descansar al norte de Barron en la vecindad de unas aguas que llamábamos “Upper Dam”. Fui a casa y le conté a mi padre quien hizo preguntas, el asunto se dejó allí. Nadie había visto el objeto que nosotros, tres niños vimos, y tampoco hubo noticias de algún paracaidista en el norte de Dam."

Coral Lorenzen
Platillos Voladores: La Evidencia Inicial de la Invasión desde el Espacio Exterior
Tomada del libro Ufología de Esteban Perentz



"Los análisis de laboratorio más avanzados indican que los fragmentos rescatados no pudieron haberse fabricado mediante la aplicación de ninguna técnica terrestre."

Coral Lorenzen