"A Hiram Bingham le contaron sobre la existencia de una planta con cuyos jugos los incas ablandaron las piedras para que pudieran encajar perfectamente. Hay registros oficiales sobre esta planta, que incluye a los primeros Cronistas españoles. Después comprobaría tal versión: Un día, mientras acampaba por un río rocoso, él observó un pájaro parado sobre una roca que tenía una hoja en su pico, vio como el ave depositó la hoja sobre la piedra y la picoteó. El pájaro volvió al día siguiente. Para entonces se había formado una concavidad donde antes estaba la hoja. Con este método, el ave creó una "taza" para coger y beber las aguas que salpicaban del río. Teniendo en cuenta el hecho de que el liquen ablanda la piedra para atar sus raíces bajo tierra, y quizás considerando la extinción continuada de especies de esta planta, esta noción no es más que improbable."

Richard Eugene Nisbett