La endecha de Rutebeuf

"No es necesario que os cuente
Cómo en vergüenza me he puesto,
Ya que habéis escuchado el cuento
De qué manera
Tomé mujer últimamente
Que no era fácil ni bella,
Cuando nació la pena
Que duró más de una semana
Ya que empezó con luna llena.
Escuchad, pues,
Vosotros que rimas pedís,
Como me ha mejorado
Mujer haber.
Para empeñar o vender nada más tengo,
A tantas cosas tuve que responder
Y tanto hacer
(Que cuanto he hecho hay que rehacer)
Que si quisiera todo contarlo
Largo sería.
De mí el amigo de Job Dios hizo,
Que de una vez me arrancó todo
Lo que tenía.
Mi ojo derecho que más veía
Ya no ve cómo sigue el camino
Ni conducirme.
Ay, qué dolor doliente y duro
Que a mediodía sea noche obscura
Para mis ojos.
Ahora no tengo cuanto yo quiero,
Pero doliente y así sufriendo
Profundamente
Ya que en miseria extrema estoy
Si a ayudarme no se deciden
Los que hasta aquí
Me han socorrido con su merced.
El triste corazón ennegrecido tengo
De enfermedad
Ya que no veo ganancia alguna.
Nada yo tengo de lo que amo,
Es mi tristeza.
No sé si ha sido por mis excesos;
He de volverme sobrio y medido
Después del hecho,
Y comenzar una vez más lo evitaré.
¿Mas de qué sirve si ya esta hecho?
Tarde he cambiado
Ya tarde me he dado cuenta
Que en la trampa ya estaba
El primer año.
Que en mi cordura Dios me conserve
Que por nosotros tanto penó y que mi alma
Dios la proteja.
Por causa de un niño mi mujer gime,
Mi caballo contra la empalizada
Se quebró una pata
Y para amamantar la nodriza exige
Que le dé más dinero y así me deja
Sin piel ni abrigo
Para no oír al niño en casa.
Que el Buen Dios que lo trajo al mundo
Le dé alimento,
Que le conceda su subsistencia
Y que mis penas a mí me alivie
Para ayudarlo,
Que la pobreza no me lastime
Y que su pan pueda encontrar
Mejor que yo.
Aunque yo tiemble nada yo puedo,
Ahora en mi casa nada yo tengo
Y ni siquiera para el invierno
Fuego yo tengo.
Sólo pensarlo me hace temblar
Puesto que en casa ahora no tengo
Ni algunos leños
Para encenderlos en el invierno.
Nadie acosado nunca así estuvo
Como lo estoy.
El alquiler exige el propietario
Que se lo pague.
Casi todo vendí en mi casa,
Para encima echarme nada tengo
En el invierno.
Duras y amargas son mis palabras,
Tanto han cambiado después de un año
Todos mis versos.
No entiendo cómo no me enloquezco
Cuando lo pienso, inútil es
Cuando despierto
La piel teñirme, negro me pone
Despertar y no sé si duermo o velo
O si yo pienso
En cómo hacer para gastar menos,
Pasar el tiempo: esta es la vida
Que ahora llevo
De mi dinero nada me queda
Y de mi casa ya me he mudado
Ya que he yacido
Tres largos meses y a nadie he visto,
Y mi mujer que un niño tuvo
Durante un mes
Entero casi rozó la muerte
Mientras yacía yo por mi lado
En la otra cama
Donde delicia poca encontraba.
Nunca he tenido menos placer
Que entonces tuve,
Ya que perdía mucho dinero
Y se amenguaba el cuerpo mío
Hasta el final.
Solos no saben venir los males,
Lo que tenía que suceder
Me sucedió.
¿Mis amigos adónde fueron
que tan cerca tuve de mí
y tanto amé?
Demasiado pienso que el tiempo
Los amenguó. Muy firmes no eran
Si los perdí.
Esos amigos me maltrataron
Ya que en el tiempo que Dios también
Por todos lados
Me maltrató, venir a verme ninguno vi.
Pienso que el tiempo los dispersó,
Amor ha muerto.
A esos amigos se llevó el viento
Que soplaba junto a mi puerta,
Y tan bien se los llevó
Que ya nadie me consoló
Y que ayuda nadie me dió.
Esto me enseña
Que nuestros bienes usa el amigo
Y ya muy tarde nos damos cuenta
Que demasiado
Hemos gastado por los amigos,
Que en la desgracia nunca hay ninguno
Que nos socorra.
Dejaré pues que la Fortuna
Siga rodando mientras yo pienso
Cómo salvarme.
Iré a implorar a protectores
Que de comer amablemente
Siempre me dieron.
Otros amigos ya se pudrieron,
Al basurero ya los envío
Y allí los dejo,
Que renunciar hay que aprender
A gente tal y abandonarla, sin pedir nada,
Dejarla atrás.
Nada hay en ellos que amar yo pueda
Ni que el amor de mí reclame.
Le ruego entonces
A aquel que es siendo tres uno
Y que a nadie que lo reclame
Sabe negarse
Que lo proclama señor y dueño,
A aquel que tienta a quienes ama,
Tal es mi caso,
Que mi salud conserve entera
Y que yo haga sin descansar
Su voluntad.
A mi señor, hijo del Rey,
Mi verso envío y mi dolor
Ya que a menudo
Me ayudó mucho de buena gana;
Es de Poitiers el conde bueno
Y de Tolosa;
El sabrá bien qué necesita
El pobre hombre que sufre tanto."

Rutebeuf
Traducción de Miguel Ángel Frontán