A Adolfo Quesada

"Mientra en la margen del Nervión florida
siembra desolación la muerte fiera,
cerniéndose implacable allí donde era
todo contento y paz, riqueza y vida;
Mientras consigo misma enfurecida
y demente, su seno dilacera
nuestra patria infeliz, y se apodera
mudo horror de su prole fraticida;
Aquí, en tu hogar, del arte sacro asilo,
danos, oh Adolfo, disfrutar al menos
de otro mundo mejor las ilusiones;
No al engaño feliz cortando el hilo,
fuera de esos espacios de luz llenos,
de la patria al dolor nos abandones."

Soneto de Pedro de Madrazo aparecido en un artículo del cronista de sociedad (o revistero de salones) Asmodeo en La Época el 22 de abril de 1874. Asmodeo fue uno de los pseudónimos de Ramón de Navarrete y Fernández y Landa (1820-1897). Lo escuchó, según relata, en la casa del pianista y compositor Adolfo de Quesada (1830-1880) durante las veladas musicales que éste organizaba.


La cita nocturna

"Gozando el reposo del sueño profundo,
A unirse dos alimas se van a otro mundo:
Allá en la alta noche, si piensas en mí,
Allá en la alta noche pensar quiero en ti.

El sueño a las almas amantes liberta;
Del mundo celeste les abre la puerta:
Si en este te aleja la suerte de mí,
Soñando en los cielos podré unirme a ti.

Adiós, alma mía: ya el lecho te espera:
Citados quedamos del cielo en la esfera:
Adiós, y si doblan campanas por mí
Será que en el cielo me he visto sin ti."

Pedro de Madrazo


"Se pasaba (Fortuny) las horas muertas en las espléndidas tarbeas de los reyes nazaritas allí meditaba y recogía ideas, a las que su pincel daba luego seductoras formas."

Pedro de Madrazo y Kuntz