"A partir del final del Imperio Antiguo, la historia de las costumbres funerarias consiste en la gradual adopción de los derechos y privilegios de las tumbas reales por parte de ciudadanos particulares, y este proceso dio un gran paso adelante durante el Primer Período Intermedio, cuando tantos pequeños señores se consideraban casi como reyes. Al mismo tiempo, el general estado de pobreza hizo necesario encontrar sustitutos para los costosos ajuares de las tumbas reales. Así, en lugar de los relieves pintados en fina caliza que mostraban la procesión de las diversas clases sociales que llevaban sus productos al muerto, o los cerveceros, panaderos y carniceros que preparaban el banquete funerario, se colocaban unas estatuas de siervos, generalmente en madera apenas desbastada, que cumplían sus obligaciones a través de un proceso mágico. Los ataúdes eran rectangulares, de madera decorada exteriormente como si fueran casas, mientras en su interior se dibujaba el equipo que había constituido las atribuciones exclusivas de la realeza (coronas, tocados, bastones de mando, cetros, faldillas, cinturones, cobertores y capas). Incluso el úreo-cobra, símbolo principal de la realeza, que el faraón llevaba sobre la frente para arrojar fuego a los ojos de sus enemigos, se representaba de este modo. Esta usurpación general no se redujo sólo a símbolos y emblemas. También se adoptó la liturgia de los enterramientos reales. A fines de la Dinastía V, y durante la VI, se inscribieron frases de sentido mágico-religioso en las paredes de las pirámides reales, a las que los egiptólogos llaman Textos de las Pirámides... Consisten en selecciones fortuitas de entre muchas expresiones, algunas de las cuales, como el Himno caníbal datan evidentemente de tiempos prehistóricos, cuando el jefe era el encargado de producir la lluvia, se comía ritualmente a los enemigos muertos y se adoraban deidades astrales. La mayoría de las frases, sin embargo, se refieren al culto solar de Heliópolis, cuyos sacerdotes compilaron, sin duda, los Textos de las Pirámides. Cuando los príncipes locales y sus altos oficiales adoptaron estos escritos, se alteró parte de la liturgia para adaptarla al uso de los particulares. Se añadieron nuevas frases que se referían a las condiciones de la época, y se omitieron viejas expresiones que ya no se comprendían...
Al empobrecerse las sepulturas en un período en el cual la cámara de las ofrendas era a menudo muy modesta, si no inexistente, se introdujo la práctica de escribir estos textos en jeroglíficos cursivos en el interior de los ataúdes. A este nuevo grupo de escrituras religiosas los egiptólogos han dado el nombre de Textos de los sarcófagos. Parece ser que la costumbre nació en Herakleópolis y se continuó en el Imperio Medio tanto para las tumbas reales como para las privadas, aunque varias de las tumbas más ricas tenían inscripciones en las paredes de la capilla con los antiguos Textos de las Pirámides."

Cyril Aldred