"Los libros contienen las palabras de los sabios, los ejemplos de los antiguos, las costumbres, las leyes y la religión. Viven, discurren, hablan con nosotros, nos enseñan, aleccionan y consuelan, hacen que nos sean presentes, poniéndonoslas ante los ojos, cosas remotísimas de nuestra memoria. Tan grande es su dignidad, su majestad y en definitiva su santidad, que si no existieran los libros, seríamos todos rudos e ignorantes, sin ningún recuerdo del pasado, sin ningún ejemplo. No tendríamos ningún conocimiento de las cosas humanas y divinas; la misma urna que acoge los cuerpos, cancelaría también la memoria de los hombres."

Basilio Besarión o Basilius Bessarion
Palabras —dirigidas en una carta del 31 de mayo de 1468 al dux Cristoforo Moro— con las que el cardenal Bessarión acompañaba el legado de su importante biblioteca (cuatrocientos ochenta y dos volúmenes griegos y doscientos sesenta y cuatro latinos) a la ciudad de Venecia
Tomado del libro de Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil, página 84