"En cuanto a los que opinan que Hayy ibn Yaqzan nació de la tierra, dicen que en el interior de la tierra de esta isla había fermentado una especie de barro, en el cual, con el transcurso de los tiempos y de los años, se habían combinado el calor y el frío, la humedad y la sequedad en perfecto equilibrio y fuerzas equivalentes; la cantidad o masa de este barro fermentado era extraordinariamente grande, y en ella unas partes superaban a otras, en cuanto a la templanza y propor- cionalidad de la mezcla, y en cuanto a su aptitud para la generación del mixto o compuesto. El centro de esta masa era lo más templado de ella y lo más perfecto por su semejanza con la composición del cuerpo del hombre. Agitóse este barro y produjose en él a manera de burbujas de agua hirviente por su mucha viscosidad; formóse en medio de aquella masa un núcleo viscoso con una pequeñísima burbuja dividida en dos compartimentos separados por un tenue velo, llena de un cuerpo sutil y aéreo que se hallaba, en cuanto a la temperatura, en el punto o límite que más le convenía. Uniósele al punto el espíritu."

Ibn Tufail
El Filósofo Autodidacta


“... si el alma sale por completo del cuerpo, o se aniquila, o se disuelve por alguna razón, entonces todo el cuerpo se paraliza y le sobreviene la muerte...”

Ibn Tufail



“Si [...] en el período en que gobernó al cuerpo (el alma), no conoció jamás al Ser Necesario, ni se unió con Él [...] todas las facultades corpóreas desaparecen con
la eliminación del cuerpo, [...] siendo ésta la condición de los animales irracionales, tengan o no la forma humana.
Si antes, [...] conoció a este Ser, [...] pero se desvió de Él [...] y la muerte le
sorprendió en tal estado, privándole de la visión intuitiva, entonces la deseará, pero permanecerá en un largo castigo [...].
Y si conoció a este Ser necesario antes de separarse del cuerpo, dedicándose a él totalmente y pensando en su [...] esplendor, sin separarse de él hasta que la muerte le sorprendió en estado de contemplación y visión actual, al separarse 
del cuerpo permanecerá en un placer infinito, en una alegría, gozo y
contento perdurables.”


ʾAbū Bakr Muḥammad ibn ʿAbd al-Malik ibn Muḥammad ibn Ṭufail al-Qaisī al-ʾAndalusī; latinizado como Abubacer; hispanizado como Abentofail