"Algunas veces [Celia] está triste (¡le dan tantos disgustos!) y tiene tanta pena que, aunque haya llorado mucho, los sollozos la ahogan todo el día. Entonces los mayores dicen: «¡Dios quiera que no tengas que llorar por algo más grande!». Y enseguida: «¡Feliz edad!... ¡Qué dichosos son los niños!».
¡Dichosos! Ellos sí que lo son, que se van a la calle cuando quieren, se acuestan cuando les parece bien, comen lo que les gusta y rompen lo que se les cae, sin que nadie acuda a darles azotes."

Elena Fortún
Celia, lo que dice


"Hace tanto calor, que sólo vamos a la playa por la mañana, antes del desayuno, y el resto del día lo paso en el jardín.
Mi jardín es el más bonito del mundo. Hay un estanque, rosales, cipreses y madreselvas delante de la casa; pero yo prefiero el otro lado, que está seco, lleno de pinos y pedruscos, como si fuera campo del todo.
Allí juego con mis muñecas a que nos hemos perdido, y que tenemos mucho miedo porque empieza a anochecer, y vemos una lucecita a lo lejos y corremos hacia ella, y es la luz de la cocina, que acaba de encender Basílides...
Un día, a la hora que hace mucho calor, me pasó una cosa horrible estando sola en el pinar...
Mis dos muñecas estaban sentadas en una piedra, tan formalitas como dos niñas de verdad, y yo leía a la sombra de un árbol en un libro precioso, que me ha comprado el tío...
Cada vez que leía un capítulo alzaba los ojos para pensar un rato en cómo podría yo hacer las mismas cosas que las niñas del libro, y veía a mis muñecas sentadas al sol con sus cabecitas rizadas, rubia la una y morena la otra.
De pronto me pareció que Julieta, la rubia, se caía y se golpeaba contra el suelo como si le hubiera dado un ataque..., luego se arrastraba...
¡Dios mío! Era como si la llevara un bicho.
Fui hacia ella y vi que el bicho era un dragón pequeño..., una cría de dragón... Y corrí a casa tan asustada, que casi no podía hablar."

Elena Fortún
Celia en el mundo



“La casa está ya bien vacía. Ni muebles ni espíritu. Tú, tan pequeña, tan poquita cosa, eras como una lamparita tenue que todo lo iluminaba.”

Elena Fortún
Fragmento de una carta añorante a Matilde Ras 


"Lástima que yo no sea más joven o que tú no seas más vieja. Hacer el mismo camino al mismo tiempo habría sido una buena cosa... Tus hijos y los míos hubieran sido amigos... o habríamos salido juntas a tomar el sol en el invierno... en lugar de salir sola, como salgo ahora. No me compadezcas, porque no teniendo una Carmen Laforet de sesenta años, prefiero la soledad que está acabando por hacérseme muy querida."

Elena Fortún


"Madrid ha variado mucho desde hace un año. Es como si estuviera muy enferma, o muy vieja, o muy pobre y ya no le importara nada… como esas mujeres que ya no se peinan, ni se lavan, ni se cambian el vestido…"

Elena Fortún
Celia en la revolución


"Me preguntas si quiero curarme. La verdad es que ya no quiero vivir más, pero tampoco quiero sufrir de esta manera."

Elena Fortún
Fragmento de la última carta de Elena Fortún a su amiga Carmen Laforet 


"Monsieur se quedó pensativo y no me dijo nada.
Hoy he sabido que mañana mismo nos embarcamos con el coche grande y la jaula del elefante.
Cuando estemos en el centro del mar nos pondremos unos trajes como los buzos y bajaremos del barco por escaleras de cuerda hasta lo más profundo.
Vamos a dar una representación al rey del mar y a su familia, que deben de estar muy aburridos allá abajo.
Así saldrá a vernos Delfina y no tendremos más que cogerla en brazos y subirla al barco con nosotros. Seguramente se alegrará mucho de volvernos a ver.
Todos tenemos ya las escafandras.
Hasta Culiculá y Carachupa y el salvaje... Sólo falta hacer la del elefante, que no saben si dejarle la trompa dentro o hacerle una funda para que asuste a los niños de las sirenas."

Elena Fortún
Celia novelista


"Me quedo sola en la ancha acera bajo los árboles aún desnudos de hojas… ¡Sola…! Todos, uno tras otro, han ido dejándome sola antes de que me fuera…"

Elena Fortún
Celia en la revolución


"No, no era el cadáver del amor lo que iba a quedar trágicamente entre nosotros sino el de mi sinceridad…"

Elena Fortún
Oculto sendero


“Papá dijo:
– Mañana me voy a Madrid. Espero volver pronto porque antes de ocho días tengo que estar de vuelta en Santander ¿Qué día es mañana?
– Es 18 de julio ¡Ojalá vuelvas pronto! – dijo el abuelo.
Y el corazón se me apretó sin saber por qué…”

Celia madrecita



"¡Que no es nada, querida mía, que no es nada, lucero!"

Elena Fortún
Celia en la revolución




"Yo me había figurado las revoluciones con muchedumbres aullando por las calles, hombres subidos a los árboles y a las farolas pidiendo cabezas; banderas y oradores que gesticulan en los balcones… Aquí hay silencio, polvo, suciedad, calor y hombres que ocupan el tranvía con fusiles al hombro… pero que en lugar de atacar parece que nos defienden de un enemigo misterioso y oculto debajo de la tierra."

Encarnación Aragoneses de Urquijo, más conocida por su pseudónimo literario Elena Fortún
Celia en la revoluciónCelia en la revolución