"El alma que ve la voluntad de Dios en todas las cosas, hasta en las más pequeñas, lamentables y mortales, las vive y recibe todas con un gozo, con una alegría y con un respeto siempre igual. Y abre todas sus puertas para recibir con honor las mismas cosas que otros temen y procuran evitar."

Jean-Pierre de Caussade


En aquella época se reconocía que cada momento trae consigo un deber que hay que cumplir con fidelidad, y eso bastaba para los espirituales de entonces.
Toda su atención se concentraba en ello momento a momento, a semejanza de la aguja que marca las horas y que, cada minuto responde al espacio que debe recorrer.
El espíritu de aquellos hombres, movido sin cesar por el impulso divino, se encontraba insensiblemente orientado hacia el nuevo objeto que se ofrecía a ellos, según Dios lo quería, a cada hora del día.
Los deberes de cada momento son las sombras bajo las cuales se oculta la acción divina…
Así… los deberes de cada instante, bajo sus oscuras apariencias, ocultan la verdad del querer divino, único que merece nuestra atención.
… ¿Qué descubren en ellos bajo la apariencia común de los acontecimientos que los van llenando? Lo que se ve de fuera es semejante a lo que ocurre a los demás; pero lo invisible que la fe descubre y discierne en ellos es nada menos que Dios obrando grandes maravillas.
¡Oh pan de los ángeles, maná celestial, perla evangélica, ‘sacramento del momento presente’!
Con este texto clásico podemos comprobar que eso de lo que tanto se habla hoy en día -vivir el ahora, vivir el presentees algo que forma parte de nuestra tradición espiritual. 

Jean-Pierre de Caussade
Tratado del Santo abandono a la Providencia divina


"La voluntad de Dios es toda la estrategia de un alma sencilla, que es capaz de reconocerla hasta en aquéllas acciones irregulares que el soberbio realiza para humillarla."

J. P. de Caussade



"No hay nadie en el mundo que no pueda llegar sin dificultad a la perfección más absoluta cumpliendo con amor deberes oscuros y comunes."

J. P. de Caussade