"Hace unos diez años, leí que, mediante un termómetro de su propia invención, el gran Amontons descubrió que el agua hierve a cierta temperatura. Enseguida me acometió el gran deseo de hacer yo mismo un termómetro de esa clase, para ver con mis propios ojos el hermoso fenómeno de la Naturaleza y convencerme de la verdad del experimento. Pensé que tal termómetro acaso podría construirse con mercurio; no sería costoso y con su ayuda podría llevar a cabo un experimento tan ardientemente deseado. Cuando el termómetro estuvo listo, aunque quizá tuviese bastantes imperfecciones, comprobé que el resultado era el esperado, y, con gran placer por parte de mi alma, vi que la cosa era cierta."

Gabriel Daniel Fahrenheit