"He visto a nuestra Señora los días 13. Venía del cielo, del lado del sol. Estaba vestida de blanco, adornada de oro y en la cabeza tiene un manto también blanco. En la cintura una cinta dorada que desciende hasta la orla del vestido. Iba descalza. Me parecía que tenía medias, tal vez en los pies; o tal vez los pies sean tan blancos que parecen traer medias calzadas. No se le ven los cabellos que están cubiertos con el manto. No sé si lleva adornos en las orejas, porque tampoco se le ve. Tenía las manos sobre el pecho con los dedos hacia arriba. No sabía decir con qué mano sujetaba el rosario. A Lucía le recomendó que rezásemos el rosario todos los días. Yo lo rezo todos los días con Francisco y Lucía."

Jacinta de Jesús Marto


"– No es el demonio, ¡no! El demonio dicen que es muy feo y que está debajo de la tierra, en el infierno; ¡y aquella Señora es tan bonita!, y nosotros la vimos subir al Cielo."

Jacinta de Jesús Marto


"Nuestro Señor está profundamente indignado con los pecados y crímenes que se cometen en Portugal. Por eso, un terrible cataclismo de orden social amenaza a nuestro país y principalmente a la ciudad de Lisboa. Se desencadenará una guerra civil de carácter anarquista y comunista, acompañada de saqueos, asesinatos, incendios y devastaciones de toda especie. La capital se convertirá en una verdadera imagen del infierno, es necesario que haya alguien que haga reparación."

Jacinta de Jesús Marto
La pastorcita, sabiendo que su partida de este mundo para estar al lado de la Santísima Virgen estaba próxima, pide a la religiosa que transmita al padre Formigão, el siguiente mensaje anterior
Jacinta: caja 7, cuaderno 35


"Ya me falta poco para ir al Cielo. Tu quedas acá para decir que Dios quiere establecer en el Mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Cuando sea el momento de decirlo, no te escondas. Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Corazón Inmaculado de María; que se las pidan a Ella; que el Corazón de Jesús quiere que, a su lado, se venere el Corazón Inmaculado de María; que pidan la paz al Corazón Inmaculado de María, que Dios se la entregó a ella. ¡Si yo pudiese meter en el corazón de todo el mundo el fuego que tengo dentro de mi pecho, quemándose y haciéndome amar tanto el Corazón de Jesús y el Corazón de María!"

Jacinta de Jesús Marto