"En las obras de Gregorie […]  hay un pasaje que dice que “Noé rezaba todos los días en el arca delante del cuerpo de Adán”, es decir, delante del falo; Adán era el falo primitivo, el gran procreador de la raza humana. “Posiblemente parezca extraño —dice— que todos los días se diga aquella oración delante del cuerpo de Adán”, pero “es una tradición reconocida entre los orientales que Dios ordenó a Adán que conservara su cadáver sobre tierra hasta que llegara el momento en que un sacerdote del Altísimo Dios lo sepultara uwalakkgp en el medio de la tierra”. Con esto se refiere al monte Moria, el Meru de India. “Este cuerpo de Adán fue embalsamado y transmitido de padres a hijos, hasta que finalmente fue entregado por Lamec en las manos de Noé”."

Hargrave Jennings
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 551


"La famosa “piedra de Cabar”, Kaaba, Cabir o Kebir de La Meca, que con tanta devoción besan los fieles, es un talismán. Dicen que hasta el día de hoy se ve la figura de Venus grabada encima con una media luna. Aquella misma Kaaba era al principio un templo idólatra, donde los árabes adoraban a Al-Uzza (Dios e Issa), es decir, Venus."

Hargrave Jennings
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 878


"Los Diez Mandamientos están inscritos en dos grupos de cinco cada uno, en forma columnar. Los cinco que están a la derecha (mirando desde el altar) significan la Ley ; los cinco que están a la izquierda significan los Profetas . La piedra de la derecha es masculina y la de la izquierda, femenina. Corresponden a los dos pilares (o torres) de piedra separados que hay delante de todas las catedrales y de todos los templos de las épocas paganas."

Hargrave Jennings
Tomada del libro Las enseñanzas secretas de todos los tiempos de Manly Palmer Hall, página 424



“Se afirma que los romanos mantuvieron lámparas en sus sepulcros durante edades por medio de la oleaginosidad del oro (y aquí entra el arte de los Rosacruces), convertido por medios herméticos en una substancia líquida; y se cuenta que al ser disueltos monasterios, en el tiempo de Enrique VIII, fue encontrada una lámpara que había estado ardiendo en una tumba aproximadamente desde el siglo III después de Jesucristo, o sea cerca de mil doscientos años. Dos de estas lámparas subterráneas pueden verse en el Museo de Rarezas de Leyden, en Holanda. Una de estas lámparas fue encontrada durante el papado de Pablo III, en la tumba de Tullia, la hija de Cicerón que había estado completamente cerrada durante 1550 años.”

Hargrave Jennings
Tomado del libro Melquisedec y el misterio del fuego de Manly Palmer Hall