"Aprovecharé la ocasión para señalar que el hecho de que mis acertijos sean muy conocidos no implica que todo el mundo conozca las respuestas.
Las respuestas correctas de algunos de los más populares jamás han sido publicadas y, por lo que sé, tampoco han sido descubiertas. Ejemplificaré este punto presentando el "Acertijo del collar", que mostré varios años atrás y que hace que cada persona que lo ve crea que podrá resolverlo de inmediato. Sin embargo, no recuerdo que nadie haya encontrado la respuesta correcta.
Está basado en una transacción comercial cotidiana, y destinado a demostrar hasta qué punto se equivoca la persona común cuando se trata de hacer algo que demanda un mínimo de habilidad o conocimiento matemático. Está desprovisto de cualquier tipo de trampa o subterfugio, y no hay en él ningún "eslabón perdido" misterioso.
Fue propuesto a los principales joyeros y orfebres de Nueva York, quienes dijeron que no emplearían a ningún vendedor que no pudiera dilucidar una transacción tan simple y, sin embargo, ninguno de ellos dio la respuesta correcta.

Una dama compró doce trozos de cadena, tal como se muestra rodeando a la ilustración, y quiso hacerse montar un collar cerrado de 100 eslabones. El joyero dijo que costaría 15 centavos cortar y unir un eslabón pequeño y 20 centavos cortar y unir un eslabón grande. La cuestión consiste en decir cuánto debe pagar la dama para que se le haga el collar. Eso es todo, y es un bonito problema para los jóvenes.
Respuesta
Al dar respuesta a este acertijo del collar puede afirmarse que cualquier joyero, así como el noventa y nueve por ciento de los matemáticos, dirán que la mejor manera sería abrir los doce pequeños eslabones al final de nueve de las doce piezas, hecho que reduciría el costo a $1,80.
La respuesta correcta, sin embargo, es abrir los diez eslabones de los dos trozos de cinco eslabones, situados en los laterales izquierdo y derecho, que tienen tres eslabones pequeños y dos grandes cada uno. Abrir y engarzar esos eslabones para hacer un collar cerrado costaría $1,70, que es la solución más barata posible."

Sam Loyd 





"Como hijo de ricos, pero respetables padres y como el más joven de ocho hermanos, mis primeros recuerdos están vinculados inseparablemente al tablero de ajedrez. Desde el principio de mi vida tenía un afecto especial por los rompecabezas y trucos y trabajé ya con problemas de ajedrez, antes de cumplir 12 años me encantaba este arte tanto, para que esta dedicación intensa haya resistido todas las vicisitudes de la vida durante todos los años."

Sam Loyd 


"Cuando en 1870 hice que el mundo entero atormentará su cerebro sobre una bandeja de contadores móviles, que llegaron a ser conocidos como el rompecabezas de los quince... Los comerciantes se olvidan por esta razón de abrir sus tiendas, los funcionarios permanecían parados por la noche debajo de una lámpara, en la calle, en busca de una manera de solucionarlo, los navegadores hacían que encallaran sus naves, los conductores de Locomotora llevaban sus trenes más allá de estaciones, y los granjeros descuidaron sus arados..."

Sam Loyd 



Dos pavos

"Juntos estos dos pavos pesan veinte libras", dijo el carnicero. "Cada libra del más pequeño cuesta dos centavos más que cada una de las del más grande.”
La señora Smith compró el más pequeño por 82 centavos, y la señora Brown pagó $2.96 por el pavo grande. ¿Cuánto pesaba cada uno?"

Respuesta
El pavo grande pesaba dieciséis libras; el pequeño, cuatro libras.

Samuel Loyd conocido como Sam Loyd