"El poeta es aquel que posee la palabra. No puede haber comunicación entre él y su lector si éste no ha arrojado antes toda idea preconcebida, abdicado su propio saber y hecho abstracción de las pequeñas sensaciones de todos los días. ¡Qué diamantes no perderían su resplandor en el aserrín del vendedor ambulante! ¡Qué joyas del alma no se deslustrarían al contacto de sentimientos de pacotilla!"

Marcel Béalu
Prólogo a Aerolitos, de Carlos Edumdo de Ory, 1992


"Yo tenía una gatita muy querida a la que acariciaba a escondidas, pues se me decía que un hombre no debe exhibir sentimientos tiernos. Ciertamente no era una criatura vulgar. Cuando le acariciaba las tetillas, su ronroneo tenía algo del jadear de las mujeres en el placer, y en sus verdes pupilas tras los párpados entrecerrados yo podía leer verdaderos pensamientos.
Un día me pareció que su maullido alcanzaba las modulaciones del lenguaje humano. “Insiste un poco, mi gatita”, le dije, porque le hablaba como a un niño y absurdamente creía que un día lograría hablar. Traté de persuadirla con argumentos fáciles que halagaran su coquetería: “Piensa, mi pequeña , en el éxito que tendrías entre la gente si llegaras a decir verdaderas palabras…”.Y la acaricié y estimulé tanto que por fin me respondió con una voz de niña mimada: “Yo quisiera hablar, pero sólo para ti, y sin que se enteren los otros”.
¡Oh, la profundidad de mi alegría ante aquel milagro que debía mantenerse en secreto!"

Marcel Béalu
“La chatte” en Mémoires del’ombre