"(…) Los hombres son imbéciles e ignorantes. De ahí les viene su miseria. En lugar de reflexionar, se creen lo que les cuentan…(…)Eligen jefes y amos sin juzgarlos, con un gusto funesto por la esclavitud…(…)Los hombres son unos mansos corderos. Es lo que hace posible los ejércitos y las guerras. Mueren víctimas de su estúpida docilidad…(…) Ya a los diecinueve años no pensaba que hubiera la menor grandeza en hundirle un arma en la tripa a un hombre, en alegrarme de su muerte…(…) En Berlín, los que han provocado esto aparecían en los balcones de los palacios, en uniforme de gala, en la pose en que conviene que sean inmortalizados los conquistadores famosos…(…) Los que han dado la señal de la masacre sonríen ante su gloria próxima. Es el instante en que debería disparar la primera cinta de ametralladora_ y la única_ contra ese emperador y sus consejeros, que se creen fuertes y sobrehumanos, árbitros de nuestros destinos y que no son más que unos miserables imbéciles. Su vanidad de imbéciles pierde al mundo (…)"

Gabriel Chevallier
El miedo


"Me enseñaron en mi juventud —cuando estábamos en el frente— que la guerra era moralizante, purificante y redentora. Hemos visto lo que en realidad era: especuladores, contrabandistas, mercado negro, denuncias, traiciones, tiroteos, tortura, tuberculosis, tifus, el terror, el sadismo y la hambruna. Heroísmo, de acuerdo. Pero, la pequeña, excepcional, proporción de heroísmo no redime la inmensidad del mal. Por otra parte, pocos son los verdaderos héroes."

Gabriel Chevallier
El miedo
Tomada del libro de Pedro Baños, Así se domina el mundo, página 352