Pero pensándolo bien, ¿qué otra explicación existía en aquella época? A una mente curiosa, sin conocimiento alguno de los procesos de que se sirven la herencia y el medio ambiente para formar el carácter humano, la astrología, de una forma o de otra, era el medio más evidente de relacionar al individuo con el conjunto universal, haciéndole reflejar la constelación omnipresente del mundo y estableciendo una simpatía y una correspondencia íntima entre el microcosmos y el macrocosmos.

Arthur Koestler
Tomada del libro de Miche Gauquelin, Los relojes cósmicos, páginas 122-123