"Algo tiene que cambiar en la mente de cada uno para que las posibilidades de la nueva tecnología se expresen."

Georges Didi-Huberman



"Bajo un cielo casi blanco. Es en alguna parte de China, nunca sabremos con exactitud dónde: lugar dado sin nombre. Es un paisaje de ruinas bajo la nieve. Hay una casita abandonada, algunos lienzos de paredes derrumbadas, árboles que parecen muertos, la vegetación helada. Ni un ruido, ni un alma viviente. A primera vista, no será aquí donde los pueblos vayan a aparecer. Y sin embargo, resulta que, de improviso, aparece un hombre, un solo hombre. Pero no sale de la casita, no surge de atrás de las ruinas o en el camino nevado, no. Sale de un agujero, sale de la tierra misma. Aparece desde el fondo de una anfractuosidad, una abertura disimulada con trapos miserables, toda una mezcolanza de telas recuperadas, sacos de dormir y sábanas raídas (figuras 48 y 49). Es el hombre sin nombre del filme epónimo de Wan Bing.
El "hombre sin nombre" tiene un nombre, por supuesto. Como el mundo. Ha tenido padres, viene de alguna parte, pero se presentará aquí como un hombre sin historia, un hombre sin pasado. No tiene nada que contar a sus semejantes, acaso por una elección inicial -¿por eso vive en medio de esas ruinas, de esa nada?- o bien porque, demasiado ocupado por su propia supervivencia de cada día, tiene algo mejor que hacer. En su filme, Wang Bing habrá de respetar hasta el final ese silencio -ese silencio que no es vacuidad existencial sino trabajo de cada instante-, de modo que El hombre sin nombre se despliega a lo largo de más de una hora y media sin que se pronuncie y menos aún se intercambie una sola palabra (algunas masculladas en uno o dos momentos, y que nadie entenderá). El hombre no dice su nombre y Wang Bing no se lo pregunta. Pero ambos se han puesto tácitamente de acuerdo en que esa falta de nominación no despoja a nadie de su honor de ser humano."

Georges Didi-Huberman
Pueblos expuestos, pueblos figurantes



"El diseño de Vasari y, más allá, el de Zuccari -quienes intentaban, cada uno a su manera, suturarlo todo, promover la unidad del intelecto y de la mano, del concepto y de la intuición-, este diseño de los académicos habrá, por tanto, encontrado la prueba de una nueva apertura, de una partición por la mitad que se abría de nuevo. No nos extrañaremos de encontrar bajo la pluma de Kant una crítica inapelable del manierismo, considerado precisamente bajo el ángulo del uso abusivo y sofístico de la idea. Con esta separación liberada de nuevo, Kant dislocaba finalmente la conjunción humanista de la mimesis y de la idea estética, distinguiendo la facultad de conocer la naturaleza y la de juzgar el arte, distinguiendo la universalidad objetiva de la razón pura y la universalidad subjetiva de las obras del genio. Esto significa en particular que el genio, esta «facultad de las Ideas estéticas» que sabe «expresar y hacer universalmente comunicable lo que es indecible», esto significa que el genio del arte «es totalmente opuesto al espíritu de imitación», palabra que, espontáneamente, daba a Kant la ocasión de asociarle las expresiones de «caricaturización» o incluso de la «necedad».
Esas notaciones, someras e incompletas, bastan, sin embargo, para que sintamos cierto número de modificaciones esenciales que habrán tocado, desde Kant, la esfera del cuestionamiento sobre el arte, en particular el de su cuestionamiento histórico. Cambiando de Idea, si podemos decirlo así, cambiando de metafísica, el objeto artístico ya no podía tener la misma historia. Y esa historia se contaba entonces según una legitimación que ya no correspondía al mundo social de las academias, aún menos al de las cortes principescas, sino al de la universidad. La primera obra decisiva en este contexto habrá sido, probablemente, la de K.F. von Rumohr, cuyos Italienische Forschungen reconsideraban el concepto de Renacimiento a través de la crítica de las fuentes, de la comparación metódica de las obras y del interés por las corrientes de influencias. Legitimándose como discurso universitario, la historia del arte parecía acceder al estatus de un saber realmente desinteresado y objetivo: ya no solamente «objetivo» en el sentido teórico de una verdadera epistemología. La palabra epistemología, sin embargo, está desplazada, pues no forma parte todavía del vocabulario teórico de las ciencias en Alemania del siglo XIX. ¿Qué hay que decir, entonces? Hay que decir: filosofía crítica del conocimiento."

Georges Didi-Huberman
Ante la imagen


Elarte no es un concurso de belleza."

Georges Didi-Huberman



"Hay que trabajar para destruir los conformismos del lenguaje que son máquinas de censura entre nosotros mismos."

Georges Didi-Huberman




"Hay una saturación de imágenes, una sobreexposición de imágenes que nos impiden ver, y que además oculta la subexposición de la censura. Ante eso hay quien dice: “las imágenes no son otra cosa que un reflejo del poder y de la sociedad del espectáculo”. Es por ejemplo el caso de Guy Debord, que paradójicamente componía luego en sus películas asombrosos atlas de imágenes. Esta no es desde luego mi posición. Imaginemos que en lugar de imágenes hablamos de palabras: estamos completamente rodeados del lenguaje del poder, el lenguaje televisivo, el lenguaje del mercado, etc. ¿Acaso entonces no podemos hablar? ¿Acaso porque desde Goebbels hasta Sarkozy el lenguaje se emplee para mentir debemos dejar de usar el lenguaje? En absoluto, hay que usar el lenguaje de manera correcta, eso es todo. Devolver al lenguaje su fuerza, devolver a las palabras su sentido. Con las imágenes ocurre lo mismo: son un espacio de lucha. En la polémica entre Godard y Lanzmann, yo estoy evidentemente al lado de Godard, porque Godard piensa que debemos hacer un uso de las imágenes como arma, con un sentido político."

Georges Didi-Huberman


 "Hoy un historiador del arte es más un empresario que un filósofo."

Georges Didi-Huberman



"La escritura es para mí un constante autoanálisis, tengo la impresión cuando escribo, aunque escriba sobre otras cosas, de que escribo un perpetuo autoanálisis..."

Georges Didi-Huberman




“Las imágenes son un espacio de lucha.”

Georges Didi-Huberman


"Lo que me interesa del flamenco es que tiene una geometría desmesurada. Es esa tensión lo que me interesa. Tiene un compás desmesurado. Cuando escucho a Osvaldo Pugliese, por ejemplo, percibo también esa paradoja. El tango es una música más compuesta que el flamenco, pero ambos comparten esa tensión entre la desmesura y el cálculo. Por eso, cuando me invitaron a Buenos Aires, una de las primeras cosas que pedí fue ir a escuchar tango."

Georges Didi-Huberman



"Miramos mucho con frases, las frases son mirantes, hay frases que ven, lo que intento hacer porque lo que amo es escribir, no pintar: hacer frases que vean."

Georges Didi-Huberman



"Nadie sabe mirar, no es algo dado. Mirar es un trabajo, largo y duro. Cada imagen nueva requiere un trabajo nuevo, reaprender a ver y a hablar. Hay que respetar que las cosas aparecen siempre de manera diferente y verlas de manera cada vez diferente. Para describir cada nueva imagen hay que tener cada vez un estilo diferente. Si tienes el mismo estilo para describir imágenes distintas, ves de la misma manera cosas diferentes. Es la cuestión de la escritura: no sé si se aprecia en castellano, pero yo siempre escribo cada libro de manera muy diferente."

Georges Didi-Huberman



"Nos hemos acostumbrado a ver imágenes que muestran horror porque no nos han dado los elementos del testimonio."

Georges Didi-Huberman


"Pues la imagen es otra cosa que un mero corte practicado en el mundo de los aspectos visibles. Es una impronta, una estela, una cola visual del tiempo al que quiso tocar, pero también de los tiempos suplementarios -fatalmente anacrónicos, hetergénos entre sí- que, como arte de la memoria, no puede sino aglutinar. Es ceniza mezclada y más o menos caliente de varias hogueras."

Georges Didi-Huberman
Arde la imagen



"Si realmente quieres verle las alas a una mariposa primero tienes que matarla y luego ponerla en una vitrina. Una vez muerta, y sólo entonces, puedes contemplarla tranquilamente. Pero si quieres conservar la vida, que al fin y al cabo es lo más interesante, sólo veras las alas fugazmente, muy poco tiempo, un abrir y cerrar de ojos. Eso es la imagen. La imagen es una mariposa. Una imagen es algo que vive y que sólo nos muestra su capacidad de verdad en un destello."

Georges Didi-Huberman



"Toda imagen es una manipulación."

Georges Didi-Huberman


"Yo no sé lo que es una definición ni lo que es el arte. Sólo me interesa lo que efectivamente sucede. La singularidad, el acontecimiento. Ése es, de hecho, el eje de mi gran polémica con Rosalind Krauss. Ella piensa el arte en términos de definiciones (responde a esta imagen vertical de mi dibujo), suprimiendo definitivamente la dialéctica. Y, en general, los autores americanos piensan así. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con ese planteo. La belleza está acá, en lo anudado de esta sección de mi dibujo. Una dialéctica donde no existe la forma perfecta."

Georges Didi-Huberman