“Creo que el acorde perfecto es, a pesar de todo, el eje de mi lenguaje.”

Joaquín Rodrigo


“Creo que lo que sobrevive de nosotros es aquello que es superior. Para los que nos dedicamos a una labor de creación, resultaría especialmente amargo, especialmente triste, admitir que todo acaba con la muerte.” 

Joaquín Rodrigo


“Entiendo que la música española si es auténtica, y creo modestamente que cualquiera que sea su valor la mía lo es, no puede ser neoclásica porque España no tuvo clasicismo. Por lo tanto, creo que parte de mi música prosigue en la escuela nacional, en la que tuvimos un casticismo, y por tanto es un intento no de neoclasicismo, pero sí de neocasticismo.”

Joaquín Rodrigo


“La ceguera me dio más vida interior.”

Joaquín Rodrigo


“La música es mi ilusión, mi encanto y mi alegría. Soy un enamorado de la música, que definiría como la máxima poesía de la que dispone el mundo.”

Joaquín Rodrigo



“Mi música habla un lenguaje marcadamente tonal o modal, puesto que dentro de lo modal podemos también comprender el exotismo de nuestras viejas escalas muy orientalizadas. También se pueden encontrar escapadas más o menos polifónicas.”

Joaquín Rodrigo



"Mi vaso es pequeño, pero bebo en mi vaso."

Joaquín Rodrigo



"No he sido un compositor prodigio, aunque me interesé por la música desde niño.  Mis primeros recuerdos son de Valencia, adonde mi familia se trasladó cuatro años después de haber yo nacido. Desciendo de labradores y eso me enorgullece.  Mi padre era un terrateniente de envergadura y hasta entonces, había vivido en Sagunto con mi madre, aldeana con cierta sensibilidad por la música. Era el pequeño de diez hermanos. Musicalmente me formé solo.  Con la preciosa ayuda del gramófono y la pianola.  ¡Cuanto había gozado con el oido pegado a la trompa de lirio del fonógrafo escuchando los filados de Caruso en “El pescador de perlas” o el Ave María de “Otello” cantada por la Melba! 

En seguida me tentó la composición, pero tardé en atreverme. No escribí balbuceos y ensayos infantiles. A los veinte años compuse la primera “Suite” para piano, en la que considero ya explicadas mis inquietudes y todos mis propósitos, que luego no han hecho más que madurar sosegadamente.  En 1924, la Orquesta de Valencia, que dirigía José María Izquierdo, me lanzó y tuve las primeras críticas de mi “Ensayo Sinfónico”. Estudiaba junto con Manuel Palau, que es ocho años mayor que yo.  Era una época de apasionamiento por las novedades que nos llegaban de fuera.  Me hacía mandar la “Revue Musicale” y todo lo interesante que se publicaba en París. España estaba entonces mucho más “a la page” que ahora, gracias, sobretodo a Fernández Arbós.  Se estrenó el “Daphnis et Cloe”, que causó una gran sensación.  Pérez Casas dió “La Valse” dos años después de su estreno en Paris.  Conocí maravillado “Le Sacre du Printemps”, “Petrouchka” y lo mejor de los contemporáneos,  en perfectas transcripciones para pianola.  Ravel vino a Valencia...Era – yo igual que todos los que nos tomábamos la música en serio – una hechura de Adolfo Salazar, quien ha ejercido en el desarrollo de la vida musical española una influencia enorme, imposible de superar."

Joaquín Rodrigo Vidre, I marqués de los Jardines de Aranjuez, también conocido como el Maestro Rodrigo


“Sigo creyendo en la melodía, en la frase completa y medida cuando de canción se trata.”

Joaquín Rodrigo