A algunos les gusta la poesía

"A algunos, 
es decir, no a todos. 
Ni siquiera a los más, sino a los menos. 
Sin contar las escuelas, donde es obligatoria, 
y a los mismo poetas, 
serán dos de cada mil personas.

Les gusta, 
como también les gusta la sopa de fideos, 
como les gustan los cumplidos y el color azul, 
como les gusta la vieja bufanda, 
como les gusta salirse con la suya, 
como les gusta acariciar al perro.

La poesía, 
pero qué es la poesía.
Más de una insegura respuesta
se ha dado a esta pregunta.
Y yo no sé, y sigo sin saber, y a esto me aferro
como a un oportuno pasamanos."

Wisława Szymborska


Agradecimiento

"Debo mucho
a quienes no amo.
El alivio con que acepto
que son más queridos por otro.
La alegría de no ser yo
el lobo de sus ovejas.
Estoy en paz con ellos
y en libertad con ellos,
yeso el amor ni puede darlo
ni sabe tomarlo.
No los espero
en un ir y venir de la ventana a la puerta.
Paciente
casi como un reloj de sol
entiendo
lo que el amor no entiende;
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Desde el encuentro hasta la carta
no pasa una eternidad,
sino simplemente unos días o semanas.
Los viajes con ellos siempre son un éxito,
los conciertos son escuchados,
las catedrales visitadas,
los paisajes nítidos.
Y cuando nos separan
lejanos países
son países
bien conocidos en los mapas.
Es gracias a ellos
que yo vivo en tres dimensiones,
en un espacio no-lírico y no-retórico,
con un horizonte real por lo móvil.
Ni siquiera imaginan
cuánto hay en sus manos vacías.
“No les debo nada”,
diría el amor
sobre este tema abierto."

Wislawa Szymborska


Amor feliz

Amor feliz. ¿Es normal, es serio, es útil?
¿Qué provecho tiene el mundo de dos personas
que no ven el mundo? [...]
Un amor feliz. ¿Acaso es necesario?
El tacto y el sentido común aconsejan no hablar de eso
como si de un escándalo en las altas esferas de la Vida se tratase
[...].
Que aquellos que no conocen un amor feliz
afirmen que no existe un amor feliz, en absoluto.
Con esa creencia les será más fácil vivir, y morir

Wislawa Szymborska



Bajo una pequeña estrella


"Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.

Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.

Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.

Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.

Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.

Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.

Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.

Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce
después para que parezcan ligeras."

Wislawa Szymborska





“Comemos vidas ajenas para vivir…”

Wislawa Szymborska




"Comprendo que mi tristeza
no frenará la hierba.
Si los tallos vacilan
será sólo por el viento."

Wislawa Szymborska




“Debo mucho
a quienes no amo…”

Wislawa Szymborska



"Desperté. Abrí los ojos.
Y palpé este mundo como un marco entallado."

Wislawa Szymborska



"Digno de admiración el número pi
tres punto uno, cuatro uno.
Todas sus demás cifras también son iniciales,
cinco nueve dos porque nunca se termina.
No se deja abarcar seis cinco tres cinco con la mirada,
ocho nueve con un cálculo,
siete nueve con la imaginación
o incluso tres dos tres ocho con una broma es decir una comparación
cuatro seis cuatro tres en el mundo.
La serpiente más larga de la tierra se interrumpe después de algunos metros.
lo mismo pasa, aunque un poco después, con las serpientes de los cuentos.
El cortejo de cifras de que se forma pi
no se detiene en el borde de la página,
es capaz de continuar por la mesa, por el aire,
la pared, una hoja, un nido, las nubes, y así hasta el cielo,
y por toda esa expansión e insondabilidad celestiales.
¡Ay qué corta, ratonescamente corta es la trenza del cometa!
¡Qué débil el rayo de la estrella, que en cualquier espacio se curva!
y aquí dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono tu talla de camisa
año mil novecientos setenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco centavos
centímetros de cadera dos dedos código charada,
en la que a dónde irá veloz y fatigada
y se ruega mantener la calma
y también la tierra pasará, pasará el cielo,
pero no el número pi, eso ni hablar,
seguirá con un buen cinco,
con un ocho de primera,
con un siete no final,
apurando, ay, apurando a la holgazana eternidad
para que continúe."

Wislawa Szymborska
El gran número




Discurso en la oficina de objetos perdidos

Perdí unas pocas diosas camino del sur al norte,
también muchos dioses camino de este a oeste.
Un par de estrellas se apagaron para siempre, ábrete, oh cielo.
Una isla, otra se me perdió en el mar.
Ni siquiera sé dónde dejé mis garras,
quién anda con mi piel,
quién habita mi caparazón.
Mis parientes se extinguieron cuando repté a tierra,
y sólo algún pequeño hueso dentro de mí celebra el aniversario.
He saltado fuera de mi piel, desparramado vértebras y piernas,
dejado mis sentidos muchas, muchas veces.
Hace tiempo que he guiñado mi tercer ojo a eso,
chasqueado mis aletas, encogido mis ramas.
Está perdido, se ha ido, está esparcido a los cuatro vientos.
Me sorprendo de cuán poco queda de mí:
un ser individual, por el momento del género humano,
que ayer simplemente perdió un paraguas en un tranvía.

Wislawa Szymborska


"La realidad exige que también mencionemos esto: la vida sigue. Continúa en Cannae y en Borodino, en Kosovo Polie y en Guernica. Hay una estación de gasolina en una pequeña plaza de Jericó, pintura fresca en los bancos del parque de Bila Hora. Las cartas se cruzan entre Pearl Harbor y Hastings, una camioneta pasa debajo del ojo del león de Queronea, y los florecientes huertos cerca de Verdún no pueden escapar al atmosférico frente que se aproxima. Hay tanto Todo que la Nada se esconde casi gentilmente. La música brota de los yates anclados en Accio y las parejas bailan en las cubiertas bañadas por el sol. Hay tantas cosas sucediendo siempre que deben estar pasando en todas partes. Donde no hay ni una sola piedra en pie vemos al Hombre de los Helados rodeado de niños. Donde Hiroshima estuvo Hiroshima está de nuevo, produciendo cosas para el uso de cada dia. Este terrible mundo no está desprovisto de encantos, de las mañanas que hacen inestimables los despertares. La hierba es verde en los campos de Maciejowice, y salpicada de rocío, como es lo normal de la hierba. Quizás todos los campos son campos de batalla, todas las tierras lo son, las que recordamos y las que se han olvidado: los bosques de abedules, cedros, abetos, la blanca nieve, las amarillas arenas, la gris grava, los iridiscentes pantanos, los cañones de negra derrota, donde, en tiempos de crisis, puedes esconderte debajo de un arbusto. ¿Qué moral sacamos de esto? Probablemente ninguna. Sólo la sangre fluye, secándose rápidamente, y, como siempre, unos cuantos rios, unas cuantas nubes. Sobre trágicos pasos de montañas el viento vuela sombreros de cabezas inconscientes y no podemos evitar reír de eso."

Wislawa Szymborska
La realidad exige



Nada sucede dos veces

Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.
Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaban
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.
Ahora que estamos juntos,
vuelvo la cara hacia el muro.
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Como una flor o una piedra?
Dime por qué, mala hora,
con miedo inútil te mezclas.
Eres y por eso pasas.
Pasas, por eso eres bella.
Medio abrazados, sonrientes,
buscaremos la cordura,
aun siendo tan diferentes
cual dos gotas de agua pura.

Wislawa Szymborska



"No es suficiente con que giremos junto a la Tierra alrededor de su eje; no basta con dar vueltas laboriosamente, año tras año, alrededor del Sol; ni siquiera es tocado, volemos a toda velocidad hacia quién sabe dónde. Además de esa extraña deriva, el suelo que pisamos se encuentra en constante movimiento. Solo hay que tener en cuenta que, dentro de trescientos millones de años (de aquí nada, en términos temporales), nuestra querida Europa se encontrará en el lugar que ahora ocupa Nueva Zelanda. Supongo que, por entonces, Nueva Zelanda ya habrá amistosamente abandonado su lugar. La visión de este viaje propicia que las dificultades del día a día me resulten más soportables. Hasta el momento, la teoría de la deriva continental solo ha sido parcialmente probada a ojos de los científicos. Pero también es cierto que las investigaciones y las observaciones realizadas son muy recientes. Todo empezó en el año 1912, cuando un meteorólogo alemán, Alfred Wegener, dejó atónito al mundo al afirmar que los continentes van a la deriva sobre la superficie del globo. Al principio solo había un único y enorme continente que se quebró hace doscientos millones de años, desperdigándose sus pedazos y dando origen al Atlántico. En favor de la teoría habla el que las desgarradas líneas costeras (tanto las de Europa occidental y África, como las de todo el litoral oriental americano) encajan claramente, del mismo modo que puede encontrarse una cierta continuidad geológica y una gran similitud en lo que respecta a la fauna del jurásico y su flora. Sin embargo, la afirmación «Teo tiene un perro» no tiene el menor significado para la ciencia. Hace falta demostrar lo siguiente: 1) que Teo es Teo, 2) que un perro es un cualquier niño llamado Teo, y 4) ¿cómo es posible que, precisamente, ese Teo haya llegado a ser el propietario de ese perro en concreto? ¿Deriva continental? Es posible, pero ¿cómo explicarla? Se han arrojado sobre ella muchas dudas, y algunos escépticos han llegado a un refinamiento tal, que incluso el perfecto encaje de las costas supone un argumento en contra de la teoría de Wegener. Porque, ¿cómo es posible que las desgarradas tierras del litoral hayan conservado durante tanto tiempo el contorno inicial?, se preguntan. En el entretanto, Wegener murió en los hielos de Groenlandia, la discusión amainó y el asunto se olvidó. Sin embargo, volvió a ponerse de actualidad con motivo de los descubrimientos que se realizaron en el campo de la radioactividad y el magnetismo terrestre. Con modernos métodos se calculó que Inglaterra e Irlanda se habían desplazado treinta grados al nordeste desde el período triásico hasta la actualidad. Que la península escandinava se levantaba tercamente a razón de un metro cada cien años. Que la dirección del polo magnético terrestre cambia siguiendo un ritmo fijo, y que en las profundidades de los océanos se conserva el registro geológico de todos estos cambios... Podemos esperar —dicen los autores del libro— aún otras revelaciones durante el transcurso de este siglo. La geología —sostienen— se encuentra en el umbral de un gran cambio, tal como le sucedió a la astronomía antes de la aparición de Copérnico y Galileo, a la biología anterior a Darwin o a la física anterior a la mecánica cuántica. La perspectiva que se abre ante no conocedora del principio que rige el movimiento de la corteza terrestre, no se le ocurra la manera de invadir un continente con otro."

Wislawa Szymborska
Lecturas no obligatorias


Un gato en un apartamento vacío

Morir - esto no se hace a un gato.
Porque qué tiene que hacer un gato
en un apartamento vacío.
Trepar por las paredes.
Rozar los muebles.
Como que nada cambió
pero es diferente [...].
Algo aquí no comienza
a la hora acostumbrada.
Algo pasa aquí de modo distinto
como debería.
Alguien estuvo aquí y estuvo
y de repente desapareció,
e insistentemente no está [...] 

Wislawa Szymborska
Epitafio a Kornel Filipowicz



"- El mundo como un teatro y la vida como una (única) función. Un guión improvisado, ningún director y sin tiempo para nada más que actuar. El individuo que se atreve."

Wislawa Szymborska 




“… Ella sabe poco,
pero con una obstinación digna de mejores causas.
Yo sé mucho más,
pero, a cambio, sin ninguna seguridad…”

Wislawa Szymborska


"En esta escuela del mundo ni siendo malos alumnos repetiremos un año, un invierno, un verano. No es el mismo ningún día, no hay dos noches parecidas, igual mirada en los ojos, dos besos que se repitan".

Wislawa Szymborska


“… en mis planes hay siempre un sol presente, nubes actuales, caminos en curso…”

Wislawa Szymborska



Fin y principio

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
 Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

Wislawa Szymborska



“Fue, pasó
Fue, por lo tanto pasó.
siempre en este irreversible orden…”

Wislawa Szymborska



"Gracias te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata."

Wislawa Szymborska


Hay quienes

"Hay quienes llevan a cabo la vida más hábilmente.
Tienen orden en su interior y en su alrededor.

Para todo la manera y la respuesta adecuada.
Adivinan inmediatamente quién a quién, quién con quién,


con qué objetivo, por donde.
Ponen el sello en la verdades absolutas,
arrojan a la trituradora los hechos innecesarios,

y a las personas desconocidas

a las carpetas destinadas a ellas de antemano.

Piensan justo lo debido
ni un segundo más,

porque tras ese segundo acecha la duda.
Y cuando los dan de baja de la existencia,
dejan su puesto por la puerta señalada.
A veces los envidio;
afortunadamente se me pasa."

Wislawa Szymborska




“Intentaba llegar antes de que cayera el ocaso del siglo, el telón y el silencio…”

Wislawa Szymborska



La mujer de Lot

Tal vez miré hacia atrás por curiosidad.
Pero además de curiosidad pude tener otras razones.
Miré hacia atrás porque me dio tristeza la escudilla de plata.
Por distracción: amarrándome el cordón de la sandalia.
Para no mirar más la nuca justa
de mi marido, Lot.
Por la seguridad repentina de que si yo muriera,
él no se detendría
Por la desobediencia natural de los humildes.
Escuchando cómo nos perseguían.
Conmovida por el silencio, pensando que Dios cambiaría de idea.
Nuestras dos hijas se perdían ya tras la colina.
Sentí la vejez en mí. El alejamiento.
Lo inútil de viajar. Sueño.
Miré hacia atrás mientras ponía mi hatillo en el suelo.
Miré hacia atrás preocupada por el siguiente paso.
En mi camino aparecieron serpientes,
arañas, ratones de campo y polluelos de buitre.
Ni buenos, ni malos; simplemente lo vivo, todo,
brincaba y se arrastraba por un temor colectivo.
Miré hacia atrás por soledad.
Por la vergüenza de huir a escondidas.
Por las ganas de gritar, de regresar.
O porque justo entonces se soltó el viento,
desató mi pelo y me levantó el vestido.
Sentí que me veían desde los muros de Sodoma
y se morían de risa, una y otra vez.
Miré hacia atrás llena de rabia.
Para gozar plenamente su ruina.
Miré hacia atrás por todas las razones mencionadas.
Miré hacia atrás sin querer.
Fue sólo que una roca giró gruñendo bajo mis pies.
Que una grieta de pronto me cortó el paso.
En la orilla un hámster agitaba las patas delanteras.
Y entonces ambos miramos hacia atrás.
No, no. Yo seguí corriendo, arrastrándome y trepando
hasta que la oscuridad cayó del cielo,
y con ella grava ardiendo y aves muertas.
Por falta de aliento varias veces perdí el equilibrio.
Si alguien me hubiera visto, pensaría que bailaba.
Es posible que haya tenido los ojos abiertos.
Que haya caído mirando hacia la ciudad.

Wislawa Szymborska


Las tres palabras más extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

Wislawa Szymborska


Posibilidades

Prefiero el cine.
Prefiero los gatos.
Prefiero los robles a orillas del río.
Prefiero Dickens a Dostoievski.
Prefiero que me guste la gente
a amar a la humanidad.
Prefiero tener en la mano hilo y aguja.
Prefiero no afirmar
que la razón es la culpable de todo.
Prefiero las excepciones.
Prefiero salir antes.
Con los médicos prefiero hablar de otra cosa.
Prefiero las viejas ilustraciones.
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos.
En el amor prefiero los aniversarios
que se celebran todos los días.
Prefiero a los moralistas
que no me prometen nada.
Prefiero la bondad del sabio a la del demasiado crédulo.
Prefiero la tierra vestida de civil.
Prefiero los países conquistados a los conquistadores.
Prefiero tener reservas.
Prefiero el infierno del caos al infierno del orden.
Prefiero los cuentos de Grimm a las primeras planas
del periódico.
Prefiero las hojas sin flores a la flor sin hojas.
Prefiero los perros con la cola sin cortar.
Prefiero los ojos claros porque los tengo oscuros.
Prefiero los cajones.
Prefiero muchas cosas que aquí no he mencionado
a muchas otras que tampoco he dicho.
Prefiero el cero solo
al que hace cola en una cifra.
Prefiero el tiempo de los insectos al tiempo de las estrellas.
Prefiero tocar madera.
Prefiero no preguntar cuánto me queda y cuándo.
Prefiero tomar en cuenta incluso la posibilidad
de que todo tiene una razón de ser."

Wislawa Szymborska




“…Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.

Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol…”

Wislawa Szymborska


Tortura

 "Nada ha cambiado.
 El cuerpo es susceptible al dolor,
 tiene que comer y respirar aire y dormir,
 tiene piel delgada y la sangre justo debajo,
 un adecuado surtido de dientes y uñas,
 sus huesos son quebrables, sus articulaciones estirables.
 En torturas todo esto se toma en cuenta.

 Nada ha cambiado.
 El cuerpo se estremece como se estremecía
 antes de la fundación de Roma y después,
 en el siglo veinte antes y después de Cristo.
 Las torturas son como fueron, es sólo la tierra que se ha encogido,
 y lo que suceda parece correcto al otro lado de la pared .

 Nada ha cambiado. Es sólo que hay más gente,
 además de las viejas ofensas otras nuevas han surgido,
 reales, imaginarias, temporales, y ninguna
 excepto el aullido con el que el cuerpo les responde,
 fue, es y será siempre un aullido de inocencia
 según la escala probada por el tiempo y tonalidad .

 Nada ha cambiado. Tal vez sólo costumbres, ceremonias, danzas.
 Sin embargo, el movimiento de las manos para proteger la cabeza es el mismo.
 Las contorsiones del cuerpo, los tirones e intentos de alejarse,
 sus piernas fallan, caen, las rodillas vuelan,
 se tornan azules, se hinchan, salivan y sangran.

 Nada ha cambiado. Excepto la dirección de las fronteras,
 los bordes de bosques, costas, desiertos y glaciares.
 En medio de estos paisajes vaga el alma,
 desaparece, vuelve, se acerca, se aleja,
 ajena a sí misma, evasiva, a veces segura, a veces insegura
 de su propia existencia,
 mientras el cuerpo es y es y es
 y no tiene lugar propio."

Wislawa Szymborska 


"Vida al instante.
 Representación sin ensayo.
 Cuerpo sin prueba.
 Cabeza sin reflexión.

 No conozco el papel que tengo.
 Sólo sé que es mío, intransferible.

 De qué trata la obra,
 tengo que adivinarlo sobre el propio escenario.

 Mal preparada para el honor de vivir,
 apenas si aguanto el ritmo de la acción impuesto.
 Improviso, aunque aborrezco la improvisación.
 Tropiezo a cada paso con el desconocimiento de las cosas.
 Mi forma de ser huele a provincial.
 Mis instintos son los de un aficionado.

 El miedo escénico, como justificación, me humilla mucho más.
 Siento como crueles las circunstancias atenuantes.
 Imposible retirar palabras y reflejos,
 las estrellas no contadas,
 el carácter, abrigo abotonado sobre la marcha:
 he aquí los lamentables sucesos de estas prisas.

 ¡Si pudiera ensayar aunque fuera sólo un miércoles antes
 o repetir otra vez al menos un jueves!
 Pero ahí está el viernes con un guión que desconozco.
 ¿Es justo? —pregunto
 (con la voz ronca,
 porque ni siquiera me han dejado aclararme la voz
 entre bastidores).

 Ilusorio es pensar que se trata únicamente de un examen superficial
 que tiene lugar en una sala fortuita. No.
 Estoy de pie entre los decorados y veo lo sólidos que son.
 Me sorprende la precisión de todo este atrezzo.
 Los sistemas rotatorios funcionan ya desde hace tiempo.
 Han sido encendidas incluso las más lejanas nebulosas.
 Ah, no me cabe duda de que se trata del estreno.
 Y haga lo que haga
 se convertirá para siempre en lo que hice."

Wislawa Szymborska 


"Vida: única manera
de cubrirse de hojas,
tomar aliento en la arena,
alzar el vuelo con alas.."

Wislawa Szymborska 

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