“A partir de la sabiduría, entendimiento. A partir de la comprensión, compasión. De la compasión, el amor.”

Wilhelm Richard Wagner



“A partir del arte todos los hombres se salvan.”

Wilhelm Richard Wagner



“Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable.”

Wilhelm Richard Wagner



“Creo en Dios, Mozart y Beethoven...”

Wilhelm Richard Wagner



“Creo en un juicio final que castigará a aquellos que se atrevieron a lucrar contra este elevado arte.”

Wilhelm Richard Wagner


“Creo que quien ha disfrutado con los sublimes placeres de la música deberá ser eternamente adicto a este arte supremo y jamás renegará de él.”

Wilhelm Richard Wagner



"De Reuil, 16 de junio de 1849.
Mi querido Liszt: Hace casi un mes que dejé a mi mujer, y ella no me ha dado aún señales de vida; estoy sumamente triste y descorazonado. Es necesario que yo encuentre un nuevo hogar, de lo contrario no sé lo que será de mí; mi corazón es más grande que mi razón.
He discutido seriamente con Belloni; lo he inducido a comprender mi situación actual, y, por consiguiente, he tomado la resolución indicada por las circunstancias.
Mi presencia en París es absolutamente inútil en este momento: mi asunto es escribir una ópera para París; me siento incapaz de cualquier otra tarea. Pero un trabajo de esa índole no puede improvisarse; aun marchando las cosas del mejor modo posible, serán necesarios seis meses para la composición de la pieza, y dieciocho meses más hasta llegar a su representación. En París, y sin la tranquilidad de alma necesaria, me resulta imposible trabajar. Es imprescindible que encuentre otro rincón donde me sienta cómodo y donde pueda prometerme una comodidad permanente. Como tal, he elegido Zúrich. He propuesto a mi mujer que venga, junto con su hermana pequeña, a reunirse aquí conmigo, y que traiga los últimos restos de nuestro moblaje. Tengo en esta ciudad un amigo, Alexander Müller, quien me ayudará a instalarme del mejor modo posible. Yo iré allá cuando pueda. Una vez reunido con los míos, me entregaré por entero a mi trabajo. Desde allí enviaré a Belloni el libreto de mi ópera parisiense, quien la hará trasladar al francés por Vaez. Éste podrá tener terminada su labor para el mes de octubre; entonces dejaré a mi mujer por un breve tiempo e iré a París; buscaré por todos los medios hacerme cargo de la composición de la ópera en cuestión; haré quizá también representar alguna cosa, y en seguida retornaré a Zúrich para componer la música. Hasta tanto emplearé mis ocios en la composición de mi último drama alemán: La muerte de Sigfrido. En seis meses te enviaré esta ópera completamente terminada.
Es necesario que me someta a un trabajo riguroso, de lo contrario estoy perdido. Mas para trabajar, en este momento me hace falta calma, y un hogar.
Teniendo a mi mujer junto a mí en la gentil ciudad de Zúrich, hallaré lo uno y lo otro.
Yo no tengo más que un objetivo, y hay una sola cosa que puedo y deseo hacer siempre con placer, con amor: es trabajar, que quiere decir para mí: escribir óperas. Soy incapaz de hacer otra cosa; desempeñar un papel, ocupar un cargo, no lo podría jamás, y engañaría a quien le prometiera desarrollar cualquier otro género de actividad.
Procuradme, pues, un pequeño contrato anual, lo suficiente como para asegurar a mi mujer y a mí una existencia tranquila en Zúrich, ya que no puedo pensar por ahora en fijarme en Alemania, cerca de vosotros."

Richard Wagner
Cartas 



“Dónde los peces están, nosotros vamos.”

Wilhelm Richard Wagner



"El arte público de los griegos, que con la tragedia alcanza su apogeo, fue la expresión de lo más profundo y noble de la conciencia popular. Nobleza y hondura de la conciencia humana que se erigen en perfecta antítesis, en negación de nuestro arte público. Para los griegos la representación de la tragedia era una fiesta religiosa, en la que sobre el escenario aparecían los dioses prodigando su sabiduría. Nuestra mala conciencia ha degradado tanto la estima pública por el teatro que confiamos en la policía para que prohíba la representación de cosas religiosas. A los grandes anfiteatros acudía todo el pueblo griego, en nuestros aristocráticos teatros sólo toma asiento la parte pudiente de la sociedad. Los griegos extraían los instrumentos de su arte de una generosa cultura social, nosotros, de la más profunda barbarie social. Por su educación, el griego era, ya desde su temprana juventud, un individuo despierto y capaz de disfrutar del arte; nuestra miserable educación, destinada a alimentar a la industria, nos enseña a disfrutar con superficialidad y arrogancia de nuestra ineptitud artística y a buscar fuera de nosotros mismos la distracción artística, de modo parecido a cómo el libertino busca fugaces placeres en el regazo de una prostituta. El griego era al mismo tiempo actor, cantante y bailarín y su participación en la representación de una tragedia le suponía un disfrute total de la obra de arte; y el tener la posibilidad, por cultura y belleza, de participar en las representaciones se consideraba un honor; nosotros, por el contrario, dejamos que parte de nuestro proletariado social, presente en todas las clases, quede amaestrada mediante el entretenimiento; la malsana vanidad, el deseo de agradar y, en algunos casos, el afán de ganar pronto mucho dinero es lo que anima a gran parte de nuestras gentes de teatro. Si el artista griego, además de disfrutar de la obra de arte, era recompensado con el éxito y la aprobación pública, el artista moderno busca ser contratado y pagado. Esto nos permite distinguir de manera definitiva la diferencia esencial: el arte público de los griegos era eso mismo: arte; el nuestro es profesión artística, artesanía."

Richard Wagner
Arte y revolución


"El más antiguo, el más verdadero y el más bello órgano de la música, el origen del cual nuestra música debe provenir, es la voz humana."

Wilhelm Richard Wagner




“El placer no está en las cosas; está en nosotros.”

Wilhelm Richard Wagner



“El que ama cumple con su deber.”

Wilhelm Richard Wagner



“Es la más estéril y peligrosa utopía querer vivir del pasado.”

Wilhelm Richard Wagner



"Es por el sentimiento por el que hemos de llegar al conocimiento."

Wilhelm Richard Wagner



“¡Escribo música con un signo de exclamación!”

Wilhelm Richard Wagner



"Ése era mi nuevo trabajo desde la producción de El holandés errante y Hiller, a quien mostré algunas partes, se formó una muy buena impresión de su valía. Concebía prolongar la fama de mi Tannhäuser con la esperanza de lograr un éxito que, en vista de mis necesitadas circunstancias, me parecía incluso más y más deseable. En el curso de un año desde que había iniciado mi labor operística, muchas habían sido elaboradas con este fin. En septiembre del año 1844 yo había presentado El Rey de Sajonia con una copia especialmente encuadernada del arreglo de pianoforte de Rienzi, dedicada a su majestad. También había concluido El holandés errante, y el arreglo de pianoforte de Rienzi para dueto, así como algunas canciones seleccionadas de ambas óperas que o bien habían sido publicadas o iban a serlo. Aparte de eso, había hecho unas veinticinco copias de las partituras de ambas óperas mediante el llamado proceso de transferencia autógrafa, aunque únicamente a través de la escritura de los copistas. Todos estos gastos hicieron que fuera imperativo enviar mis partituras a diferentes teatros e inducirles a producir mis óperas, en la medida que las exigentes partituras para piano sólo podrían ser vendidas si mis trabajos tenían una buena acogida en los teatros.
Envié la partitura de mi Rienzi a los más egregios teatros, pero todos me devolvieron mi trabajo e incluso El Teatro de la Corte de Múnich me lo devolvió siquiera sin haberlo abierto. Sabía, por consiguiente, lo que podía esperar y me ahorré a mí mismo el problema de enviar mi Holandés Errante. Desde un punto de vista especulativo, la situación era ésta: El ansiado éxito de Tannhäuser llevaría implícito la demanda de mis anteriores trabajos. El digno Meser, mi agente, que era un editor designado por la Corte, había comenzado a sentir dudas y vio que esto era lo único que cabía hacer. Comencé la publicación del arreglo pianoforte de Tannhäuser, preparado por mí, mientras Röckel emprendió El Holandés Errante y un tal Klink se encargó de Rienzi. Meser únicamente se opuso al título de mi nueva ópera, a la que había llamado La montaña de Venus, esgrimiendo el razonamiento de que, al no mezclarme con el público, desconocía las horribles bromas hechas al respecto. Dijo que los estudiantes y profesores de la Escuela Médica de Dresde serían los primeros en mofarse, dada su predilección a este tipo de juegos obscenos. Me sentí lo suficientemente disgustado para consentir el cambio. Al nombre de mi héroe, Tannhäuser, añadí el sujeto de la leyenda la cual, aunque no pertenecía originalmente al mito, fue asociada por mí, hecho que más tarde Simrock, el gran innovador e investigador del universo de las leyendas, a quien tenía en alta estima, se tomó muy mal."

Richard Wagner
Mi vida



"ISOLDA. ¿Los oyes todavía? Paréceme que el ruido se alejó.
BRANGANIA. Están cerca, se distinguen los sonidos claramente.
ISOLDA. La inquietud, el temor engañan tu oído; te engaña el rumor del follaje que susurra agitado por el viento juguetón.
BRANGANIA. Te ilusiona el vehemente deseo de oír lo que presumes, oigo el sonido de los cuernos.
ISOLDA. El sonido de los cuernos no es tan agradable; las ondas que corren suaves de la fuente murmuran aquí cerca con delicia; ¿cómo podría oírlas si los cuernos continuaran resonando? En el silencio de la noche la fuente me sonríe: al que me espera en la callada noche, ¿quieres alejarle de mí pretextando que los cuernos suenan cercanos?
BRANGANIA. ¡Al que me espera! ¡Oh, escucha mi advertencia! Los espías esperan de noche. Porque tú estás ciega, ¿crees que los demás apenas os ven? Cuando a bordo el rey Marke recibió de la trémula mano de Tristán a la pálida novia, apenas dueña de sí, cuando todos turbados la veían con paso vigilante, y el rey, con tierna solicitud, se lamentaba en las fatigas que sufriste en la larga travesía no, bien lo eché de ver, que fijó la mirada en Tristán; la escudriñadora mirada de una malvada astucia quería leer, en el rostro de aquél, lo que le interesaba. A menudo le encuentro acechando maliciosamente; os tiende redes en secreto; guardaos de Melote.
ISOLDA. ¿Sospechas de Melote? No, te engañas. ¿No es el más fiel amigo de Tristán? Cuando mi amado no puede estar a mi lado, solamente se le encuentra con Melote.
BRANGANIA. Lo que me lo hace sospechoso, te lo hace a ti simpático. Melote va de Tristán a Marke sembrando mala semilla. Ellos han acordado con precipitación esta caza nocturna; su astucia de cazador servirá para un venado más noble que el que tu fantasía se figura."

Richard Wagner
Tristán e Isolda



“La alegría no está en las cosas sino en nosotros.”

Wilhelm Richard Wagner



“La imaginación crea la realidad.”

Wilhelm Richard Wagner



“La música es pasión, amor y nostalgia.”

Wilhelm Richard Wagner



“La música es una mujer. La naturaleza de la mujer es el amor, pero este amor es receptivo y se entrega incondicionalmente en la percepción.”

Wilhelm Richard Wagner



“La primera vez que vi el Rin, con cálidas lágrimas en mis ojos, yo, pobre artista, juré fidelidad a mi patria alemana.”

Wilhelm Richard Wagner



“La séptima es la apoteosis de la danza.”

Wilhelm Richard Wagner



“Nunca mire a los trombones, sólo los alienta.”

Wilhelm Richard Wagner



“Odio las cadenas de producción en serie de las grandes fábricas, que les priva a los hombres de la alegría por los esfuerzos de su trabajo, haciendo hombres y productos baratos.”

Wilhelm Richard Wagner



“Pretender vivir del pasado es la utopía más estéril y peligrosa.”

Wilhelm Richard Wagner



“Realmente no sé a qué se me había destinado, sólo recuerdo que una tarde oí ejecutar una sinfonía de Beethoven, que a continuación me dio fiebre, enfermé, y cuando recobre la salud era músico.”

Wilhelm Richard Wagner



“Richard Wagner, un músico que escribió música mejor de lo que suena.”

Wilhelm Richard Wagner



“Sé absolutamente nada acerca de la música.”

Wilhelm Richard Wagner



“Soy aficionado de ellos, de los seres inferiores del abismo, de los que están llenos de anhelo.”

Wilhelm Richard Wagner



“Un hombre político es repugnante, pero una mujer política es horrible.”

Wilhelm Richard Wagner

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