"Aquellos impecables autores son los que nunca escribieron."

William Hazlitt


“Buen humor es un patrimonio para toda la vida.”

William Hazlitt


“Como es nuestra confianza, es nuestra capacidad.”

William Hazlitt


“Cuando estamos más ocupados es cuando tenemos más tiempo para divertirnos.”

William Hazlitt


"Cuanto más hacemos, más podemos hacer."

William Hazlitt



"El amor a la libertad es amor al prójimo; el amor al poder es amor a sí mismo."

William Hazlitt


“El amor y la felicidad son almas gemelas, o nacen una de otra.”

William Hazlitt


“El genio, al igual que la humanidad, se oxida por falta de uso.”

William Hazlitt



"El hombre es el único animal que ríe y llora, porque es el único animal que se sobrecoge ante la diferencia entre lo que las cosas son y lo que podrían ser." 

William Hazlitt



"El hombre es, en realidad, un animal que se alimenta de adulaciones."

William Hazlitt



“Él nunca tendrá verdaderos amigos por miedo a hacer enemigos.”

William Hazlitt



“El público no tiene ni vergüenza ni gratitud.”

William Hazlitt



"El silencio es una de las artes más grandes de la conversación."

William Hazlitt


“El único vicio que no puede perdonarse es la hipocresía. El arrepentimiento del hipócrita es de por sí la hipocresía.”

William Hazlitt



“Grandes hechos suelen ser forjados con grandes riesgos.”

William Hazlitt


"La envidia es pequeñez de alma, la cual no puede ver más allá de cierto punto, y si no ocupa todo el espacio, se siente excluida."

William Hazlitt


“La esperanza es la mejor posesión. Nadie es tan miserable como los que están sin esperanza.”

William Hazlitt



"La moda comienza y termina siempre por las dos cosas que más aborrece: la singularidad y la vulgaridad."

William Hazlitt



“La muerte es el mayor mal, porque acaba con la esperanza.”

William Hazlitt



“La peor vejez es la del espíritu.”

William Hazlitt


“La prosperidad es un gran maestro; la adversidad es mucho más grande. La posesión embota la mente, la adversidad la fortalece.”

William Hazlitt



"La sabiduría y la razón hablan; la ignorancia y el error, ladran."

William Hazlitt


“La sencillez de carácter es el resultado natural del pensamiento profundo.”

William Hazlitt


"La vida es el arte de vivir engañado; y para que el engaño tenga éxito debe ser habitual y constante."

William Hazlitt



“Las antipatías violentas son siempre sospechosas y revelan una secreta afinidad.”

William Hazlitt


“Las reglas y los modelos, destruyen el genio y el arte.”

William Hazlitt


"Los actores son los únicos hipócritas honestos."

William Hazlitt


“Los grandes reveses de la Fortuna son los más fáciles de sobrellevar, porque van acompañados de cierto aire de elevada dignidad.”

William Hazlitt



"Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo."

William Hazlitt



"Me gustaría emplear toda mi vida en viajar, si alguien me pudiera prestar una segunda vida para pasarla en casa."

William Hazlitt


"No somos hipócritas al dormir."

William Hazlitt


"Nos protege un hechizo que se ríe con desprecio de tales suposiciones enfermizas. Como cuando se parte para un viaje gozoso, esforzamos nuestra ansiosa mirada hacia adelante:
Saludando con entusiasmo dulces y lejanas perspectivas, sin hallarle término al paisaje; nuevos objetos se nos presentan mientras avanzamos. Así, en el comienzo de la vida, no ponemos límite a nuestras inclinaciones, ni a las ilimitadas oportunidades de satisfacerlas: todavía no hemos encontrado obstáculo, ni síntomas de cansancio y nos parece que podemos seguir así para siempre. A nuestro alrededor observamos un mundo nuevo, lleno de vida, de movimiento, de incansable progreso y sentimos en nosotros todo el vigor y el ánimo necesarios para mantener el paso sin poder predecir por ningún síntoma presente cómo se nos dejará atrás en el natural fluir de las cosas, hasta declinar en la vejez, hasta caer en la tumba. Es la simplicidad y el carácter tan abstracto de nuestros sentimientos juveniles lo que, por así decirlo, nos identifica con la naturaleza y, siendo leve nuestra experiencia y fuertes nuestras pasiones, nos hace creer que, como ella, somos inmortales.
Nuestra perecedera conexión con la existencia-inocentemente nos congratulamos- es una unión indisoluble y duradera, una luna de miel que desconoce la frialdad, la discordia, la separación. Igual que los recién nacidos ríen y duermen, nos arrullamos en la cuna de nuestras caprichosas fantasías, adormecidos protectoramente por el estruendo del mundo en torno nuestro; con ansia bebemos la copa de la vida sin vaciarla, al contrario, se nos derrama; los objetos se apiñan a nuestro alrededor llenando nuestra mente con su magnitud y con el tropel de deseos que aguardan. Así, no nos queda lugar para pensar en la muerte; desde esa plenitud de nuestra existencia no podemos cambiar de repente a polvo y cenizas, no podemos imaginar "este sensible, caluroso movimiento, convertirse en un terrón amasado"; estamos demasiado deslumbrados pro el resplandor del soñar despierto que nos rodea para poder fijarnos en la oscuridad del sepulcro. No vemos más nuestro fin que nuestro principio: el uno perdido en vacío y olvido, el otro oculto por la multitud y la prisa de los acontecimientos próximos; o vemos la amenazadora sombra que aguarda en el horizonte que estamos destinados a no sobrepasar y cuya última, borrosa, trémula silueta ¡toca el cielo y nos traslada a las alturas! El arraigo que la vida ha cogido en nosotros no nos permitiría apartar nuestros pensamientos, aunque quisiéramos, de objetos y ansias que tenemos delante. ¿Qué hay más opuesto a la salud que la enfermedad, a la fuerza y a la belleza que el decaimiento y la descomposición, a la activa búsqueda del conocimiento que el simple olvido? Acaso no contamos con ninguno de los habituales recursos para impedir el asalto de la Muerte y mofarnos de sus inútiles amenazas, mas la Esperanza suple su lugar y corre un velo sobre el repentino fin de todos nuestros acariciados proyectos. Mientras el espíritu de la juventud permanezca ileso, antes de que "se beba el vino de la vida", somos como gente intoxicada o enfebrecida."

William Hazlitt
Sobre el sentimiento de inmortalidad en la juventud



"Nosotros somos en mucho lo que otros piensan que somos."
William Hazlitt




“Para ser felices, debemos ser fieles a la naturaleza y llevar nuestra época junto con nosotros.”

William Hazlitt


“Un apodo es la piedra más dura que el diablo puede arrojar a una persona.”

William Hazlitt



"Un buen carácter vale tanto como un buen patrimonio."

William Hazlitt



"Un hipócrita desprecia a los que miente, pero tampoco tiene respeto hacia sí mismo. Se haría una victima a sí mismo si pudiese."

William Hazlitt



"Un hipócrita es el que predica lo que no cree; no el que no practica lo que le gustaría o aprueba."

William Hazlitt


"Una araña se arrastra por la alfombra del cuarto donde me encuentro; no es como aquélla de la feliz alegoría de los venerables Versos a una araña, sino otra de la misma familia constructora. Y corre, con descuido, a prisa. Viene hacia mí, cojea torpemente. Se detiene, observa una gigantesca sombra ante ella, y sin saber si regresar o seguir, medita sobre su gran enemigo; pero al ver que no la acecho, pobre adversaria, como lo haría ella con una mosca indefensa atrapada en su tela, toma valor y se aventura, por un impulso de astucia, insolencia y miedo.
Cuando pasa junto a mí, levanto la alfombra para ayudarla a escapar y me alegro de deshacerme de esta intrusa indeseable. El recuerdo de la araña que ya no está me estremece. Cualquier niño, mujer, bufón o moralista del siglo pasado hubiera aplastado esa pequeña sabandija para matarla. Mi filosofía va más allá. No veo en la criatura maldad alguna; sin embargo, la odio de sólo verla. El espíritu de la malevolencia sobrevive a su ejercicio.
Aprendemos, así, a frenar nuestra voluntad y mantener nuestros actos manifiestos dentro de los límites de la humanidad, mucho antes de poder someter nuestros sentimientos e imaginación al mismo tono bonancible. Renunciamos a la extroversión, a la violencia bruta, pero no podemos separarnos de la esencia o principio de hostilidad. No tenemos deseo de pisar al pequeño animal en cuestión (¡eso sería salvaje y despreciable!), pero lo vemos con una especie de horror místico y odio supersticioso. Se necesitarán otros cientos de años de buena literatura y ardua reflexión para curarnos del prejuicio y poder sentir hacia aquella tribu del mal agüero siquiera un poco de la "leche de la ternura humana", en vez de detestar su propia timidez y veneno."

William Hazlitt
El placer de odiar



"Una de las cosas más placenteras del mundo es irse de paseo, pero a mí me gusta ir solo. Sé disfrutar de la compañía en una habitación, pero al aire libre me basta la naturaleza. Nunca estoy menos solo que cuando estoy a solas.
Al estudiar los campos, la naturaleza era su libro.
No le veo gracia a caminar y charlar al mismo tiempo. Cuando estoy en el campo, deseo vegetar como el campo; no voy a criticar los setos ni el ganado negro; salgo de la ciudad para olvidarme de la ciudad y de todo lo que contiene. Hay quienes, con este propósito, van a estaciones balnearias y llevan consigo la metrópolis. Yo prefiero más libertad de acción y menos estorbo; me gusta la soledad, cuando me entrego a ella por sí misma tampoco pido un amigo en mi retiro, a quien pueda susurrar: la soledad es dulce.
El alma de una caminata es la libertad, la libertad perfecta de pensar, sentir y hacer exactamente lo que uno quiera. Caminamos principalmente para sentirnos libres de todos los impedimentos y de todos los inconvenientes; para dejarnos atrás a nosotros mismos, mucho más que para librarnos de otros. Salgo de paseo porque anhelo un poco de espacio para respirar y para meditar sobre cosas indiferentes, donde la contemplación:
pueda arreglarse las plumas y dejarse crecer las alas, que en el ajetreo del balneario estaban unas veces desplumadas, otras rotas, y por eso me ausento por un tiempo de la ciudad, sin sentirme extraviado en el momento mismo en que me quedo solo. En lugar de un amigo en una silla de posta o en un tílbury, con quien intercambiar ideas y barajar una vez más los mismos temas ya trillados, por una vez denme una tregua con la impertinencia; denme el claro cielo azul sobre la cabeza y el prado verde bajo los pies, un camino sinuoso y una caminata de tres horas antes de cenar... ¡y luego a pensar! Raro será que no pueda yo comenzar algún juego en estos brezales solitarios. Río, corro, salto, canto de alegría. Desde el lugar de aquella nube algodonosa, me hundo en mi ser pasado y gozo allí como el indio de piel tostada que se lanza de cabeza a la ola que lo llevará a su ribera nativa. Luego, ante mi vista ávida surgen cosas olvidadas ya tiempo atrás, como "ruinas hundidas y tesoros que no toca el sol" y empiezo entonces a sentir, a pensar, a ser de nuevo yo mismo. En lugar de un embarazoso silencio, interrumpido por intentos de decir algo ingenioso o simples lugares comunes, mi silencio es ese silencio no alterado del corazón, único que es la elocuencia perfecta."

William Hazlitt
El arte de caminar













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