Cómo el alma le habla a Dios

Señor, tú eres mi amante,
Mi anhelo,
Mi arroyo fluyente,
Mi sol,
y yo soy tu reflejo."

Matilde de Magdeburgo



“—Oh, Señor, ¿cómo se deberá llamar este libro para que sirva solo a tu gloria?
—Se deberá llamar la luz que fluye de mi divinidad en todos los corazones que viven sin falsedad.” 

Matilde de Magdeburgo


“Yo, indigna pecadora, fui saludada a la edad de doce años, cuando estaba sola, por el Espíritu Santo, que se derramó con tanta fuerza que nunca más me sentí capaz de cometer un pecado venial grave. El amadísimo saludo ocurría todos los días, y con su amor me hacía desagradable toda la dulzura del mundo, y seguía creciendo de día en día. Esto sucedió durante más de treinta y un años.” 

Matilde de Magdeburgo o Metchild von Magdeburg

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