"Desde que la globalización de los mercados ha extendido por doquier el predominio de la sociedad postindustrial, sus consecuencias han pasado a transformar la estructura de la construcción biográfica, que ha dejado de depender de la red familiar o comunitaria para pasar a ser un proceso cada vez más individual o personalizado. Hasta 1975 (fecha que simboliza la quiebra del fordismo keynesiano y el consiguiente inicio de la globalización postindustrial), las personas se insertaban socialmente a través de sus estructuras de parentesco, que les asignaban sus estatus adscritos y les facilitaban su acceso a los estatus adquiridos. Esto era posible porque, gracias a sus patrimonios materiales y simbólicos, las familias podían confiar en cubrir con éxito sus objetivos sucesorios desplegando una estrategia que buscaba el enclasamiento de sus descendientes en unas posiciones sociales de nivel igual o superior al familiar de origen. Movilizando los recursos de su capital social, los progenitores conseguían colocar a sus hijos y casar a sus hijas en los mismos nichos sociales que ellos controlaban y ocupaban. Era lo que Pierre Bourdieu denominó estrategia familiar de ascenso, reproducción o reconversión social, que determinaba el destino futuro de la mayoría de las personas cualquiera que fuese su clase social. Pues si bien los hijos varones de la burguesía individualista debían emanciparse de sus familias de origen, siguiendo una estrategia propia de ascenso meritocrático a través de la competencia escolar, académica y profesional, sin embargo su éxito estaba en buena medida predeterminado por la estrategia familiar que financiaba, orientaba y apoyaba su carrera personal de ascenso social.
Así sucedía hasta 1975, pues gracias a la economía keynesiana del pleno empleo vitalicio, la estructura ocupacional era lo suficientemente sólida y estable para que los pater familias (varones cabezas de familia) pudieran confiar en que su poder e influencia (patrimonio material y simbólico, o capital económico y social) se mantuvieran intactos a todo lo largo de su vida activa, permaneciendo disponibles para ser utilizados de forma eficaz a la hora de inducir y garantizar la integración de sus sucesores en la estructura social. De ahí que los hijos heredasen tanto el estatus ocupativo como la conciencia de clase y las relaciones sociales de sus padres."

Enrique Gil Calvo
El envejecimiento de la juventud


"En el campo de las relaciones íntimas que nos vinculan con las personas cara a cara, las dos requisitorias más graves que están abiertas contra el varón posmoderno son: el sumario del padre ausente y la presunta inexpresividad emocional. En ambos casos, el familiar y afectivo, se nos acusa de una evasión en toda regla, que nos permite incumplir o defraudar todo tipo de compromisos personales. (...) No son sino las muestras más visibles y notorias de algo más profundo, que es una cierta retirada masculina de su antigua capacidad de comprometerse personalmente. En efecto, parecen darse una serie de indicios que dibujan una hipotética propensión de los varones hacia el absentismo, la evasión y el retraimiento, como si los hombres buscásemos escondernos, marginarnos o huir de la realidad. A este fenómeno se le puede llamar síndrome de evitación, de ausencia o de abstención masculina."

Enrique Gil Calvo





“La identidad masculina se fundamenta en un mito fundacional: el de que un hombre debe hacer lo que le dé la real gana, haciendo de su capa un sayo y cumpliendo su santa voluntad. Pero da la casualidad que lo que a un hombre le da la gana es o no hacer nada, o no hacer nada bueno, y entregarse a todos los caprichos pasajeros que se le ocurran.”


Enrique Gil Calvo



"Un hombre debía ser alguien indómito e indomable que no acepta ser dominado por nadie, ni siquiera por sus amigos, su mujer o sus padres, y que sólo debe hacer su propia voluntad, por irresponsable, arbitraria o irracional que resulte. (...) Cada varoncito aprende de su mamá a quererlo todo y ahora. Y ese delirio de omnipotencia no se da nunca por satisfecho."

Enrique Gil Calvo

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