“... dijo la Tierra: Señor de la Cara Resplandeciente, mi casa está vacía; manda que vengan tus hijos con la gente de este mundo (…) La oscuridad cubría el espacio entre los globos. Los dos mundos se volvieron radiantes (…) Encontrando la distancia justa, fulguraron como una llama intermitente. Los Custodios comenzaron su tarea (…) las serpientes que descendían enseñaban e instruían (…) La quinta raza fue gobernada por los primeros reyes divinos.”

El Libro de Dzyan
Tomada del libro Grandes misterios del pasado de Tomás Martínez Rodríguez, página 106

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