Auto-epitafio

Este que aquí ahora duerme
hizo sentir más piedad que envidia,
y padeció mil veces la muerte
antes de perder la vida.
Caminante, no hagas aquí ruido
ten cuidado en no despertarlo:
pues esta es la primera noche
que el pobre Scarron coge el sueño.

Paul Scarron


"La fortuna es como los grandes señores, que prefieren tener liberalidades a pagar las propias deudas: ella no da nada a las personas de mérito, pero reserva todos sus favores para los ignorantes y los estúpidos."

Paul Scarron
Tomada del libro de Pitigrilli, Diccionario de la sinceridad, página 93




"La triste y tierna mirada que me dirigió, me acabó de enloquecer. Apenas marchó me encerré en mi cuarto; pasé llorando todo aquel día y la noche que le siguió; y á la mañana siguiente cambiando mi vestido por el de mi criado, que era de mi misma estatura, abandoné la Flecha para vender mi equipaje de estudiante, dejando allí una carta para un colono de mi padre que me da dinero cuando lo necesito, con orden de venir á buscarme á Angers.
Tomé el camino en busca vuestra, y os alcancé en Duretail, donde muchas personas de condición, que se ocupaban en cazar ciervos, os detuvieron seis ú ocho días. Os ofrecí mis servicios y me tomasteis por criado, sea porque lo necesitaseis habiéndoos quedado sin el que teníais, ó bien porque mi aspecto os agradara a primera vista.
Habiéndome hecho cortar el pelo al rape, quedé desconocido para los que ya me habían visto con la señorita Angélica; además de que el tosco vestido de mi criado que me había puesto para disfrazarme, me hacia enteramente distinto de lo que parecia con el estudiante, que era mejor que los de esta condición acostumbraban á usar.
Angélica me reconoció en seguida, quien me confesó después que no dudaba que mi pasión fuese grande y verdadera cuando tal resolución me había hecho adoptar. Quiso disuadirme de mi resolución, diciéndome que era una locura que no debía llevar á cabo."

Paul Scarron
La novela cómica


“Sin pretender que pudiera ser un obsequio para el público, me habría hecho pintar, si algún pintor se hubiese atrevido. A falta de pintura, voy a decirte más o menos cómo soy. Tengo 30 años pasados; si llego a los 40, agregaré muchos males a los que padecí desde hace ocho o nueve años. Mi estatura es normal, aunque pequeña, pero mi enfermedad la ha reducido en unos 30 centímetros. Mi cabeza es un poco grande para mi talla; tengo el rostro bastante lleno por tener el cuerpo muy descarnado; mi vista es buena, aunque mis ojos son saltones; los tengo azules, uno más hundido que el otro del lado que inclino la cabeza; mi nariz es de bastante buen dibujo. Mis dientes, antaño perlas cuadradas, son del color de la madera, y pronto serán del de la arcilla; perdí uno y medio del lado izquierdo, dos y medio del derecho, y dos están un poco picados. Mis piernas y mis muslos formaron primeramente un ángulo obtuso, luego uno recto, finalmente uno agudo. Mis muslos y mi cuerpo forman otro, y al inclinarse mi cabeza sobre el estómago, me parezco bastante a una Z. Los brazos se me han achicado tanto como las piernas, y los dedos tanto como los brazos. En fin, soy una abreviatura de la miseria humana.” 

Paul Scarron












No hay comentarios: