"Cuando era jovencita creía que la vida era un don precioso que había que aprovechar. Yo no sabía qué hacer para que cuando fuera vieja estuviera orgullosa de mí misma. Ahora sé que fui útil. Ver a las mujeres en la tele española tan hermosas, tan dispuestas, discutiendo, hablando, trabajando, me llena de orgullo. Siento que he contribuido a que tengan la libertad que disfrutan. Las veo y me alegro y salgo a la calle. Me acuerdo y me parece que floto. ¡Cónchole, que alegría! ¡Cuánto hemos logrado!"

 Concha Liaño


“Es muy doloroso reconocerlo y aún más manifestarlo, pero a nuestros "liberados" compañeros anarquistas que luchaban por la liberación del proletariado, se les escapaba en sus análisis que la mujer española, en cuanto obrera, sufría como ellos el yugo del capitalismo y aún peor: por el mismo trabajo percibía menor salario. (…) Nuestros compañeros no nos quisieron reconocer como rama femenina del Movimiento Libertario. Y esa actitud nos produjo mucho asombro y sentimiento. Nosotras, Mujeres Libres, le presentábamos a nuestro Movimiento una organización en bandeja de plata, y nos rechazaban (…) Pero en honor a la verdad, a fuerza de muchos ruegos (y algunas humillaciones enjuagadas por Soledad Estorach) la realidad es que económicamente nos ayudaron mucho. Poco importa que fuera con aquella actitud paternal de quien soporta los caprichos de un adolescente. A nuestro ruego, nos concedieron los inmuebles donde funcionaron comités regionales y locales.”

Concepción Liaño Gil, más conocida como Concha Liaño


"He conocido otros tiempo donde habitaban los ideales; ahora no hay nada: sólo mercados. Pienso que esto tiene que pasar, que llegará el momento en el que haya bastantes, como nosotros, que necesiten algo más que el dinero, que procuren el amor de la humanidad por la humanidad."

 Concha Liaño



"Hoy apenas quedamos las veinteañeras de esa gesta. Todas las mencionadas han desaparecido. Bastantes somos las que les debemos mucho. Y la autora de estas líneas más que ninguna. Desde aquí quiero reiterar que nunca las olvidé y que las he llevado en mi corazón a través de tantos años de ausencia física. ¡Ya ves Mercedes, no hemos desaparecido!... Aquella semillita que con tanta fe, ardor y esfuerzo sembramos, luchando contra reloj, porque teníamos el tiempo contado, corto, ¡GERMINÓ!"


 Concha Liaño




“Nuestras aspiraciones como Movimiento femenino podrían resumirse así: Paridad de deberes, de responsabilidades y de derechos sin predominio del varón en ningún área. Que se reconociera y aceptara la voluntad de la mujer, su capacidad de decisión y el derecho a decidir. Conseguir la oportunidad de estudios superiores y empleo; a igual trabajo, igual salario. Que las mujeres cuya vocación no fuera doméstica tuviera las mismas facilidades que el hombre para buscar y obtener otras oportunidades que le permitieran conseguir su liberación económica. Completa igualación ante la ley y patria potestad de los hijos compartida, etc.”


 Concha Liaño

















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