"De esta manera todos los dioses visibles del cielo [es decir, los astros] son, en cierto sentido, incorpóreos. La cuestión siguiente está en la duda de cómo unos pueden obrar el bien y otros el mal. Esta idea está tomada de los astrólogos, pero confunde totalmente la realidad de las cosas. Pues en verdad todas las divinidades astrales son buenas y causa de bien, porque todas por igual tienen la mirada puesta en el bien y completan sus recorridos conforme a sólo lo bueno y lo bello… El mundo del devenir, sin embargo, por ser en sí mismo multiforme y estar compuesto de diferentes partes, a causa de su propia inconsistencia y fragmentación puede absorber estas fuerzas uniformes y homogéneas sólo de una manera contradictoria y fragmentaria."

Jámblico, Jámblico de Calcis o Yámblico
De mysteriis, ed. G. Parthey, Berlín 1857, I, 18, págs. 52 y 54.
Tomada del libro de Erwin Panofsky, Fritz Saxl y Raymond Klibansky Saturno y la melancolía, página 601

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