Estatuaria

"Te contemplaba absorto. Tu cuerpo, limpio y suave,
copiaba un ritmo artístico en el dorado espejo.
Y eras por el torso fugitivo el bosquejo
de una Venus muy blanca y leve como un ave.

De enojos y de risas tu faz se estremecía.
Hundías en las manos la cara vergonzosa.
Y tu regazo era un valle de armonía
donde un cordero negro y oloroso reposa.

Al brillo de tus ojos que chispeaban voraces,
alzábase tu cuerpo graciosamente inquieto;
los senos, bien olientes, erguidos y procaces;

los cabellos de oro lamiéndote los flancos;
y toda Tú, radiosa, igual que este soneto,
¡colmándome de aromas y pensamientos blancos!

*************
En el jardín del cielo está tu nombre…

En el jardín del cielo está tu nombre
como el malva de luz de la mañana.
En el jardín del cielo, un ángel niño
jugando está con tu sonrisa, hermana.

Déjame que te llame, que me asombre
de verte aquí con tu delirio grana.
Blanco, como la luna de tu nombre
como el marfil de luz de la mañana.

Oh dulce niña, que del cielo vienes
a escrutar el dolor de tus hermanos,
y te deshojas en rosal y nieves,
en manantial de música divina.
Celeste coro de ángeles enanos
en torno de tu alma matutina."

Ricardo Peña Barrenechea


La caravana de los albos bajos

"¡Oh, la caravana
de los albos pájaros!

Los pájaros cruzan veloces
la mar inhollada;
cantando se internan
por la azul llanura,
y, ebrios de sol, la marcha aceleran...
¿Adónde van los pájaros?...

¡Tal vez
si presientan
que Dios
los espera;
tal vez si por eso la marcha aceleran
en pos
de la viña
celeste
que inunda el silencio!
¡Oh, la caravana
de los albos pájaros!

En la azul mañana
contémplola lleno de hondo fervor:
¿Ay, si se sumara a ella
este pájaro
loco de mi corazón?..."

Ricardo Peña Barrenechea







No hay comentarios: