"Expongo unas chapas de metales baratos animadas por sencillos dobleces y expongo unos cartones de embalar ligeramente coloreados y encuadrados -como dijo un amigo- con varetas de baulero. Poca cosa todo, pero no es el material sino el espiritual, como diría Unamuno...
De vuelta de la emigración en París, presento en el Ateneo -¿dónde mejor?- la obra que hice y en espera de la que haré no sé cómo ni cuándo, porque más que ser artista, en estos momentos altamente humanos, importa ser grano de arena que se sume al simoun que todo lo barrerá.
No he venido a Madrid para exponer: no merecía la molestia y los cuartos que ello supone. Como delegado del Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo, he venido representando a los Sindicatos del Alto Aragón. Con mi billete de delegado, junto al pijama y el cepillo de dientes, he facturado estas cosas de arte semiburgués..."

Ramón Arsenio Acín Aquilué
En 1931 cuando expuso en el Círculo de Bellas Artes de Madrid




Id Vosotros

"Id vosotros, soldados de cuota, a Marruecos, a la guerra; sentad plaza, jóvenes hijos de capitalistas, sportmans adinerados, y marchad con vuestros hermanos los de cuota.

Id vosotros que no hacéis falta a vuestros padres, sino para las excursiones de verano, las reuniones de etiqueta y los retratos en grupo.

Id vosotros, que en vuestros paseos militares por Alhucemas o por Tetuán podréis elegir lugar donde instalar algún hotel para querida mora o moro abultadamente bragado.

Id vosotros que no sentiréis dolor al gastar un dineral en cada disparo de cañón; que no tendréis que dejar el fusil de las manos para rascar las picaduras de los parásitos, gracias a vuestras mudas propias.

Id vosotros que estáis acostumbrados delante de las prostitutas a encender vuestros cigarrillos con billetes de Banco, y podréis hacer la razzia, quemar las cosechas, derrumbar aduares y conseguir menores sin el menor esfuerzo.

Id vosotros, que gustosos formaréis en las filas de general Alfau.

Id vosotros que conocéis el sacrificio estéril, que sois boyscouts o alpinistas, y os expusisteis más de una vez, al subir a los montes, a dejar vuestro seso de carnero entre las piedras por donde sólo corren las salamandras, por el gusto de poner a modo de cimera en vuestro sombrero un ramo de tomillo.

Id vosotros, que gustosos iréis con generales como Pintos.

Id vosotros y dejad, dejad en paz a vuestros lejanos parientes los pobres, que los necesitan sus padres para que se les haga menos pesada la carga de la vida; que no tienen que construir ningún hotel en la falda del Gurugú; que no subieron al monte más que para hacer leña que quemáis en vuestras cocinillas, mientras leéis las citas de vuestras novias.

Dejad en paz a los pobres, que les será muy doloroso gastar mucho dinero en disparos conociendo el sacrificio que cuesta ganarlo; que tendrán que dejar el fusil de las manos para rascarse las picaduras de los piojos por falta de ropa para mudarse; que les será más doloroso aún hacer la razzia y el quemar las cosechas, ellos que saben que cada grano de trigo cuesta una gota de sudor.

Id vosotros, soldados de cuota, jóvenes hijos de capitalistas, sportmans adinerados, que aunque muráis con diez tiros en la espalda o pidiendo perdón ante la gumía de un árabe, estáis seguros de que saldrán en los semanarios ilustrados retratados vuestros marciales tipos y vuestros bigotes a lo kasier, y hasta de que os pondrán una lápida (como a Cervantes) en la casa donde nacisteis.

Id vosotros sólo, que apenas vale el sacrificio de vuestra vida el afán de conseguir un terreno del cual a lo más se podrá sacar esencia de higos chumbos para el teñido cabello de color de mazorca de vuestras cocottes."

Ramón Arsenio Acín Aquilué
Texto de Ramón Acín (La Ira, 18-VII-1913)



“Pusieron en libertad a un revolucionario y al salir de la cárcel abrió la jaula a un gorrión y llevó al río un pez que tenía en la pecera vivito y coleando. Desde aquel momento comenzaron los tres a luchar desesperadamente para vivir. Un día, el revolucionario salió de la ciudad y tumbose a la orilla del río. El pez y el gorrión que le vieron acercáronse al revolucionario. El gorrión añoraba los cañamones de la jaula, y el pez añoraba el piscidín que le servían de alimento. El revolucionario añoraba también el rancho de la prisión, mediano o malo, de judías y arroz. Y vino en pensar, que la libertad que hoy se defiende, es otra de la libertad que defendieron nuestros abuelos.”

Ramón Acín
Arca de Noé, Diario de Huesca, 20- IV-1924.



“(…) todos, aún los que no reúnen aptitudes ni aficiones para el dibujo, pueden llegar a poseer el dibujo como un medio de expresión y desenvolvimiento de sus actividades de su vida práctica y profesional, pero esto sucederá, a nuestro entender, y lo decimos después de tantos años de profesorado, cuando se oriente la enseñanza del Dibujo al margen del arte como se enseña a escribir al margen de la Literatura.”

Ramón Acín
















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