"Una pintura en una tumba de Beni Hassan, datada aproximadamente en el año 2000 a. C., muestra una acacia. Los egipcios fabricaban un anticonceptivo químico moliendo una mezcla de espigas de acacia, miel y dátiles. Hoy sabemos que las espigas de acacia contienen ácido láctico, un producto químico que mata los espermatozoides… El lodo del Nilo se secaba al sol una vez que la inundación anual había remitido. Los egipcios lo usaban como ingrediente de una serie de preparaciones médicas, y sólo recientemente se ha descubierto que contenía antibióticos naturales… En el antiguo Egipto era posible realizar una prueba del embarazo en las primeras fases de éste, y, al mismo tiempo, determinar el sexo del futuro bebé (o eso era lo que se decía). El método utilizado consistía en tomar una muestra de orina de la mujer y empapar con ella unas bolsas que contenían trigo y cebada. Si la mujer estaba embarazada, la orina aceleraría el crecimiento del trigo si el bebé iba a ser niño, o de la cebada si iba a ser niña. Sin embargo, entre nosotros este tipo de prueba constituye una innovación relativamente reciente: hasta 1926 no se descubrió una prueba del embarazo a través de la orina, y hubieron de pasar otros siete años para que la aceleración del crecimiento del trigo y la cebada se viera confirmada por las pruebas de laboratorio… Los egipcios que viajaban por las rutas de caravanas… masticaban una raíz a la que denominaban ami-majos. Encontraban que ésta les proporcionaba una protección extra contra el sol, al reforzar la pigmentación de la piel; y la investigación moderna muestra que la raíz contiene el activo compuesto químico orgánico denominado 8-metoxipsorato."

Colin A. Ronan
Lost Discoveries, MacDonald, 1973, pp. 83-84
Tomada del libro La serpiente celeste de John Anthony West, página 230


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