"Sevilla está situada en una llanura a la margen izquierda del Betis, que ahora llaman Guadalquivir, y tendrá de circuito de cuatro a cinco millas; se parece más que ninguna otra de las de España, a las ciudades de Italia; sus calles son anchas y hermosas, pero las casas en general no son muy buenas; hay, sin embargo algunos palacios que no los he visto mejores ni más bellos en toda España, dentro de sus muros muchos jardines y solares, porque es corto su vecindario.
Tiene varias iglesias y entre ellas la Catedral es hermosísima y mayor que la de Toledo, aunque no tan adornada y rica; sus canónigos tendrán de 400 a 500 ducados de renta cada uno. Junto a la iglesia hay una especie de claustro o patio grande unido a ella por un muro, de suerte que todo parece una misma fábrica; alrededor hay galerías y capillas, en una de las cuales está el cuerpo del Santo Rey, que dicen que esparce un admirable olor cuando se muestra.

En medio del claustro hay un bosque de naranjos con una fuente en el centro. Alrededor de todo el edificio, así de la iglesia como del claustro y delante de las fachadas, hay un embaldosado de mármoles bastante ancho, cerrado con cadenas, del cual se baja a la calle por varios escalones (no por todas partes, pues la fachada del Mediodía está al andar de la calle). A este lugar acuden a pasearse todo el día, muchos hidalgos y mercaderes, y es el sitio más bello de Sevilla, a que llaman las Gradas.

A la calle y plaza que está delante, concurren también mucha gente de continuo; allí se hacen muchos encantos (engaños) y es como una especie de mercado... La plaza es bastante ancha por ambos lados, y por uno de ellos más larga. Junto a la iglesia hay un campanario, que es una torre muy alta y muy bella, con grandes y hermosas campanas, y se sube a ella por rampas como el campanario de San Marcos de Venecia, pero la subida es más cómoda y clara.

A poca distancia de la Catedral está el Alcázar, que es un palacio que fue de los reyes moros, muy bello y rico, labrado a la morisca; tiene por todas partes hermosos mármoles y agua de pie abundantísima; hay baños y salas y varias cámaras, por todas las cuales pasa el agua con curioso artificio y son lugares verdaderamente deliciosos para el verano; tiene un patio lleno de naranjos y limoneros hermosísimos, y dentro otros apacibles jardines, y en ellos un bosque de naranjos donde no penetra el sol, y es quizá el sitio más apacible de España."

Andrea Navagero, Navajero o Navagiero


"También vi algunos jóvenes de aquellas tierras, que acompañaban a un fraile que había estado allí predicando, para reformar las costumbres de los naturales, y eran hijos de señores de aquellos países; iban vestidos a su usanza, medio desnudos, y sólo con una especie de juboncillo o enagüetas; tenían el cabello negro, la cara ancha, la nariz roma, casi como los circasios, pero el color tira más a ceniciento; mostraban tener buen ingenio y vivo para todo, pero lo singular era un juego de pelota que hacían a estilo de su tierra: la pelota era especie de leño muy ligero y que botaba mucho, tamaño como un melocotón o mayor, no la rebatían con las manos ni con los pies, sino con los costados, lo que hacían con tal destreza que causaba maravilla verlo; a veces se tendían casi en tierra para rebatir la pelota, y todo lo hacían con gran destreza."

Andrea Navagero
Descripción de Sevilla
















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