Todo tiene sentido

"Todo tiene sentido, conocemos esa ley perdurable.
Observemos nuestra naturaleza, obedezcamos a nuestros ojos,
pidámosles lo que ellos piden, sepamos lo que ellos saben.

Investiguemos en nuestro ser profundo, 
solicitemos más a nuestro mudo anhelo, sepamos construir existencia.

Es decir, acerquémonos a la intimidad de la lluvia primaveral
y sepamos cómo extrae brillo de las hojas
iluminadas por el agua que las lava para saciarlas
de beatitud, confianza, austeridad y alegre esperanza.

Sepamos hacer eso, sin cansancio posible, una y otra vez,
siempre, eterno retorno de nosotros mismos, 
felices por sentir esa obligación, satisfechos por conocerla 
gracias al sentimiento (él es y será siempre nuestra callada poesía).

Descendamos entonces y averigüemos esa constancia
que se suspende de la rama y aguanta ventoleras
y soporta rachas lluviosas y no se desprende y es feliz.

Descendamos a la naturalidad de hoy, otra vez mayo,
cerca de las acacias, cerca del asombro recuperado,
luz de atardecer que aguanta el resplandor entre la lluvia,
claridad contenida que redescubre el verdor para la vista,
exactitud de la celebración, concierto de las alabanzas.

Descendamos a esa realidad, sepamos de ella, viajemos hacía ella.

Limpia luz del atardecer, claridad de las hojas radiantes,
la existencia se ceba en vuestros dones recibidos como pan celestial
y en vuestro cuerpo está la raíz de mi eterno retorno."

Ángel Rupérez







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