"Claro que la ciencia debe ser precavida en los juicios que emite y, más obvio resulta si cabe, que con certeza no sabemos nada todavía de lo que pueda haber ahí afuera. Ni siquiera en un lugar tan cercano como Marte, pues apenas hemos enviado cuatro chismes para allá. Queda mucho por aprender y conocer, empezando por la Tierra. Porque ni siquiera aquí está todo explicado. Yo por mi parte, sólo intento no limitarme por los parámetros que me resultan demasiado rigurosos e inflexibles. O sea, que aunque la probabilidad de que exista vida extraterrestre inteligente en el sistema solar resulte baja lejos de nuestro planeta, entiendo que este dato no es un factor decisivo.
Pero volvamos a los dioses instructores que en el pasado se revelaron como habitantes de Nibiru. Y para ello asumo la certeza, a nivel de experiencia vivida, de lo que nos cuentan por ejemplo los dogón -y que presenta multitud de paralelismos con el resto de peripecias de otros dioses instructores-. Como decía, estoy seguro de que justo eso es lo que entendieron basándose en lo que vieron. Pues de un astro partió un arca luminosa que transportaba a sus dioses pisciformes en el interior. Seguramente todos lo creeríamos si hubiésemos presenciado el suceso. A ojos de los antiguos ¿de dónde iban a ser aquellas entidades sino del astro de donde provenían aquellos “luminosos vehículos” que los traían en su interior?"

Samuel García Barrajón



“Cualquier investigación bien llevada acaba produciendo sus frutos y la astro-arqueología también lo podría hacer, es una lástima que no se aproveche. En ocasiones, detrás de antiguas construcciones hay un simbolismo estelar que se nos escapa, algunas veces relacionadas con estrellas y constelaciones como Sirio y Orión; ambas con un estrecho vínculo con las caras de Nibiru que me ido encontrando mientras lo perseguía.”

Samuel García Barrajón



"Los anunnaki es un término sumerio que se refiere a sus dioses en general, dioses que podemos encontrar en todo tipo de escritos porque representan la divinidad y esta impregna prácticamente todo en el mundo antiguo. Hay ciertos anunnakis que son la personificación de los astros o están relacionados con estos; por ejemplo Shamash es el dios Sol. Existen otros ligados a fuerzas de la naturaleza u otros tipos de abstracciones. Sin embargo, hay un grupo de anunnakis denominados...
Apkallus, que incluso los primeros historiadores les consideraban seres reales de carne y hueso. Tenemos constancia de ello por los escritos de Beroso, que escribió la historia de Babilonia en la época de Alejandro Magno. De algunos textos que los citan se deduce que surgieron de una especie de “ovnis”, o huevos luminosos y estrellas llameantes como decían los antiguos, que “caían” desde el cielo. Por lo tanto, resulta evidente que estamos delante de un encuentro cercano del tercer tipo de los que estudia la moderna ufología, también denominados “encuentros con humanoides”, sólo que sucedió hace 5000 años, justo cuando Nibiru era visible en los cielos.
La vinculación de estas criaturas con Nibiru es más que palpable, algunos relatos del pueblo dogón aseguran que venían de allí…  A lo mejor simplemente así lo hicieron creer a los “contactados” de la época ¿quién sabe? No obstante, determinar que eran extraterrestres sigue siendo complicado, en la misma medida que asegurar que el fenómeno ovni lo es. Lo que sí está claro es que aquello no era cosa de hombres, pues, aquellos “antiguos astronautas “se mostraron como seres mitad pez mitad humanos.
Por otra parte Nibiru es un astro real, eso es incontestable. Escritos mesopotámicos como el Enuma Elish, Mul Apin o Astrolabio B así lo documentan. Que se corresponda con un planeta es la conclusión más lógica y factible a la que uno llega después de profundizar en los vestigios astronómicos sumerios y otros tantos de diversas antiguas culturas y civilizaciones. Yo creo que es un planeta, que forma parte de nuestro Sistema Solar, y aporto mucha información al respecto en mis libros y publicaciones.
Podría corresponderse con alguno de los planetas que se creen que están más allá de Plutón como se señala en este estudio publicado a principios de este mismo año. Quizá se trate simplemente de un cometa ¿por qué no?
Sea lo que sea Nibiru, es muy profunda su huella en los pueblos del pasado y por lo tanto merece ocupar un lugar en la historia que hasta ahora se le ha negado. Sólo por eso ya vale la pena buscarlo. Indicios hay muchísimos, en cambio la prueba definitiva únicamente puede llegar cuando se localice, cosa que no sucederá nunca si lo ignoramos y pasamos de largo."

Samuel García Barrajón


"Los Shemshu Hor egipcios son los equivalentes a los Apkallus anunnakis sumerios. Y el astro sagrado de la civilización egipcia es un tal Horus de la Duat que presenta los mismos rasgos y características que su homólogo Nibiru.
La Gran Esfinge y algunas pirámides llevan su nombre, el de Horus, como también los faraones e incluso está representado en tumbas y templos tan importantes como el de Dendera.
Blanco y en botella..."

Samuel García Barrajón



"Me considero un tío curioso por definición. Tanto los misterios como todo aquello que presente ciertos interrogantes, llaman poderosamente mi atención. Hasta el punto que, si no consigo dar con una explicación que me satisfaga, a nivel personal me resulta imposible pasar página. Así pues cuando me planto delante de un misterio no sólo me maravillo ante este sino que deseo o trato de arrancarle sus secretos más recónditos. Y supongo que tal actitud me conduce ineludiblemente a la investigación, siempre tratando de confrontar toda la información relacionada o de relevancia y, sobre todo, sacando la lupa para examinar los pequeños detalles. Pues a menudo, es ahí donde se hallan las auténticas claves a los grandes enigmas esperando a ser descubiertas.

De forma análoga la Historia me atrae sobremanera, en especial, la de aquellas primeras etapas de lo que en la actualidad entendemos por civilización. Particularmente encuentro muy intrigante el modo de pensar de sus protagonistas, y que, de algún modo, quedó impregnado en pinturas, representaciones, escritos, construcciones, etc. que hoy todavía se conservan. Así que suelo empatizar bastante bien con aquello que muestra su lado más etnológico. Sí, ese soy yo."

Samuel García Barrajón



“Nibiru se traduce como “el que cruza” o “el del lugar de cruce”. Se trata de un astro cuyas referencias podemos encontrar en diversos textos de corte astronómico dentro del entorno arqueológico del Próximo Oriente, de Mesopotamia. Y como su nombre indica, me invita a pensar que mediante su trayectoria celeste, “cruzaría” la eclíptica del mismo modo que lo haría un cometa. Pero lo curioso es la inusitada importancia de la que gozaba, pues se podría decir que era “el astro”, y esta rareza de considerar a un astro por encima del resto, se repite en otros emplazamientos como el Antiguo Egipto y el territorio dogón. En éste, además, se asegura que desde dicho astro partió un “arca resplandeciente” que llegó a tomar tierra y en cuyo seno viajaban unos extraños seres llamados nommos, mitad pez mitad humanos, cuyo recuerdo pervive dentro de sus tradiciones como “dioses instructores”. Con lo cual, si esto fuera cierto, incluso podríamos hablar de un hipotético planeta no catalogado dentro del Sistema Solar y capaz de albergar vida. En fin, tan increíble como intrigante.”

Samuel García Barrajón
















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