"El arte incita dos movimientos: conmoción y locomoción. Primero nos conmueve y eso nos lleva a movernos, a hacer algo."

Ana Luísa Ribeiro Barata do Amaral

El exceso más perfecto 

"Quisiera un poema de respiración tensa
y sin pudor.
Con la elegancia redonda de las mujeres barrocas
y el reverso todo del arbusto fino.
Un poema que Rubens envidiaría, al ver,
desde el fondo de tres siglos,
su cuerpo magnífico echado sobre un diván,
y reclinados los brazos desnudos,
sólo con pulseras tan (pero tan) preciosas,
y un angelito encima,
en su pequeño nicho hecho nube,
resguardándolo, dulce.
Un poema así quisiera.

Mucho más todo que las dignidades griegas
de equilibrio.
Un poema hecho de excesos y dorados,
y todavía muy bello en su pujanza oscura y mística.
Ah, como quisiera yo un poema diferente
de la pureza del granito, y de la pureza del blanco,
y de la transparencia de las cosas transparentes.
Un poema exultando en la angustia,
un largo rododendro color de sangre.
Una alameda entera de rododendros por donde el viento,
al pasar, se detuviera deslumbrado
y en desvelo. Y allí se quedara, aprisionado en el cántico
de sus pulseras tan (pero tan)
preciosas.

Desnudo, de redondas formas, tal poema quisiera.
Una contrarreforma del silencio.

Música, música, música llenándole el cuerpo
y el cabello trenzado con flores y serpientes,
y una fuente de espanto polifónico
escurriéndosele por los dedos.
Reclinado en diván forrado de terciopelo,
su desnudez redonda y plena
haría a grifos y sirenas empalidecer.
Y a los pobres templos, de líneas tan contenidas y tan puras,
temblar de miedo solamente de la fulguración
de su mirar. Dorado.

Música, música, música y la explosión del color.
Espiando desde el fondo de tres siglos,
un Murillo callado, al ver que simples eran sus ángeles
junto a los ángeles desnudos de este poema,
cantando en conjunción con otros
astros de oro
salmodias de amor y de perfecto exceso.

Góngora empalidece, como los grifos,
ahora que lo contempla.
Esta contrarreforma del silencio.
Su mano alzada rumbo al cielo, cargada
de nada."

Ana Luisa Amaral


"Emily Dickinson puede escribir de todo, de una escoba o de la soledad. sus poemas son siempre muy cortos, y cada uno de ellos contiene un mundo."

Ana Luisa Amaral



"La poesía no sirve para nada y por eso es absolutamente fundamental."

Ana Luisa Amaral



"Todo es poetizable: una cebolla, un planeta, un agujero negro, el amor, un perro, un gato, los refugiados, la injusticia del mundo..."


Voces

Eterno este instante: el día claro

Los colores de la casa dibujadas en raso aguado,
castaños y rojos casi en declive,
limpísimas las ventanas, de cristales muy honestos.
Instante éste que fue y ya no es, mal puse el bolígrafo
en el papel: eterno

Soñé contigo, desperté al pensar
que todavía eras, como lo es esta ventana,
como el cuerpo obedece a este viento caliente, y es ágil,
pero todo: tan confuso como los sueños

Ahora, en este instante, recuerdo la sensación
de cuando estabas, el roce.
No distingo los contornos de mi sueño, no sé
si era una casa, o un pedazo de aire.
La memoria limpísima es tuya,
todo lo cubre, trayendo azul y sol a esta plaza
donde me siento, justo en la esquina,
como las casas

Y ahora, tu caminar
acabó de pasar justo a mi lado, igual,
y ahora se multiplica en las mesas y las sillas
que cubren calle y plaza,
y te veo frente a mí en el cristal,
más real que este instante, y si Brueghel te viera,
te pintaba, exactísima y aquí mismo.
Y estarías más cerca de lo eterno

(Yo, que no sé nada más, salvo el fulgor de lo breve,
yo, te daría palabras)

Ana Luisa Amaral







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