Andrée Chedid (1920-2007) 

Reposa en el cementerio de Montparnasse, sitio de ensueño, en donde el palpitar de la cité vibrará en su carne de regreso en la tierra. Al menos por algún tiempo.

Tras una larga estancia en la Poesía, decidió ir al cuento, a la novela, y hasta el teatro, pero sin dejar nunca el territorio poético, eterno regreso a las fuentes y a las preguntas fundamentales.

A pesar de su lúcida mirada sobre las atrocidades de este mundo, siempre dejó que la esperanza renaciera día a día.

Vivió mucho tiempo; pudo prolongar así la herencia de las mujeres de su familia, apasionadas de vida y libertad. 

Su preocupación fue no rebasar ciertos límites de la vejez y no incurrir en el “delito de longevidad”.

Como le gustan las cifras impares le gustaría dejar este mundo a los 87 años, y dormirse en plena posesión de la fabulosa, aunque efímera, respiración de la vida.

Andrée Chedid
Su elogio fúnebre escrito por ella misma




El poema

"Sin cesar
En lo vivo de sí mismo
Se acomete el poema
Espejos del instante
Fragmentos del deseo
Ecos del grito.

Hurgando el hueso hasta la médula
Atravesando el hábito hasta el alma
Volviendo a abrir las puertas del espacio
Aliviando los desórdenes del espíritu
El poema
Se precipita sobre nuestras páginas ávidas
Explorando a la vez
Toda la llama
Y todo el agua."

Andrée Chedid


Enigma I

"Tropezándonos con los enigmas 
de la aurora y las tinieblas 
del instante y el después 

En el espanto o el ardor 
creamos obras 
labramos senderos 
inventamos fábulas 
gravamos máximas 
prescribimos dogmas 
engendramos mentiras o verdades 

Víctimas o victimarios 
rozamos la trama del mundo 

Mientras el hogar 
arde del otro lado del silencio 
en el revés de las palabras 
y los pensamientos."

Andrée Chedid



Mareas II

"En marea alta 
ejecutando 
sus escalas 
de gris o de calma 
el océano versátil 
se une al litoral 

Testigos de estas maniobras 
las casas recuerdan 
marinos ahogados 

Un niño llora 
su fortaleza de arena 

Y para aquel que pasa 
según la hora 
según el alma 
la ensenada lleva a las riberas 
o devela lo desconocido."

Andrée Chedid


Una ventana donde asomarse

Yo no creo en los naufragios
Hay una máscara azul al fondo de los pozos;
Las portadoras de pan se suceden,
Las vidas se acuerdan de otras vidas
Siempre quedará una ventana donde asomarse,
Promesas por mantener,
Un árbol donde apoyarse
En algún sitio existe el rostro de nuestra tierra
¿Quién nos dirá su nombre?

Andrée Chedid
Del poemario Solo, el rostro 1960







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