“Empezaré por decirte, que Hollywood no me hizo ninguna impresión, pues sin conocerlo, ya me lo había imaginado como es: un pueblo, o un barrio, mejor dicho, de Los Ángeles, que quiere ser europeo, sin dejar de ser yankee. Tiene cosas muy bonitas, pero son las menos.// Los Ángeles, en cambio, es una ciudad muy linda en su aspecto yankee. La fama de Los Ángeles como ciudad europea o latina, no se la veo por ninguna parte. Sin embargo, es una ciudad linda.// Respecto a los estudios, siempre pensé lo que he podido comprobar aquí: mucha fantasía y más nada.// Esa fantasía, en que la gente eminentemente cinematográfica cree a ojos cerrados de esos estudios, de los artistas de cine, de Hollywood, etc., es eso: fantasía echada al aire por las revistas y periódicos…// Los artistas de cine, son como otros artistas… Los hay para todos los gustos… En lo único que se diferencian de los otros es en los sueldos que ganan semanalmente cuando hacen películas.”


Ernesto Lecuona
Carta escrita en octubre de 1931 a Francisco Moreno Plá, periodista del diario El Mundo



“Haces perfectamente en laborar patrióticamente, pues ese es el trabajo más noble y más honroso que podéis hacer. Hay que pensar siempre en Cuba, y laborar para Cuba… ¡Este ha sido mi lema!...
Hasta en mis canciones lo he demostrado, que he procurado siempre lleven poesías de cubanos… Es un dolor, que habiendo tan grandes poetas en nuestra tierra, haya señores que recurren a los poetas extranjeros… ¿no lo crees tú así? Eso no es hacer labor nacionalista… Es el colmo, que hasta en las obras de canto, tengan por sus versos que arroparse con vestidos ajenos para darles más valor a ellas. Esto siempre lo he combatido, y me parece un error gravísimo, que nos desmerita ante los mismos extranjeros. Yo tengo dos canciones, versificadas por extranjeros, accidentalmente, pero el resto, que es de una mayoría aplastante, llevan poesías de cubanos. Y con la orquesta, debes hacer lo mismo, y acabar de una vez con ese extranjerismo que nos empequeñece, y nos está aniquilando.”

Ernesto Lecuona
En una misiva de julio de 1924 a a Gonzalo Roig


Siboney

"Siboney...
Yo te quiero, yo me muero
por tu amor.

Siboney…
En tu boca
la miel puso su dulzor.

Ven a mí,
que te quiero
y que todo tesoro,
eres tú para mí.

Siboney...
al arrullo de las palmas,
pienso en ti.

Siboney de mis sueños
si no oyes la queja de mi voz.
Siboney, si no vienes
me moriré de amor.

Siboney de mis sueños
te espero con ansia en mi caney.
Porque tú eres dueño
de mi amor, Siboney.

Oye el eco
de mi canto de cristal.
No se pierda por entre el rudo
manigual."

Ernesto Sixto de la Asunción Lecuona Casado










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