Huida de la pileta de los platos 

Oh! ceremonia de los dedos
oh! lavado de la ropa.
Allí el jabón verde, puño de aceite espeso
sobre el mármol.
Allí el audaz añil, casi una violación en las aguas
territoriales del blanco.
Donde
la espalda se evapora
¡en qué paisajes!
La lejía y los humos negros de la caldera.
Los acueductos parten de mi columna vertebral.
Anochece en el pote de dulce.
Nubes, nubes de puchero, traen el invierno a la cocina.
¿Qué ofrecí entonces? Una decoración,
por un momento me retiro. Y cambia la marea del mosaico.

La otra cara.
En el canasto, berenjenas frescas
viudas nuevas
cortan el luto con algo de color violeta.
Me incita
Un plato de naranjas humeantes.
Sin embargo
Las escamas del pescado en la pileta de los platos,
lo transitorio.

Mis párpados se cierran hacia lo vano.
Alzo a contraluz los vasos de cristal,
¿están limpios?
Pedazos de diamante arrojan a mi rostro,
Sombrío
Que se desliza como un riachuelo.

Las lilas, las Lilas de un mercado de barrio
Me proyectan hasta el Paraíso.

Salva mis estremecimientos, cordera de vapores."

Athena Papadaki




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