"¿Qué necesidad tengo de su amor? Son sus brazos los que necesito. Lleven sus suspiros, o sus palabras sentimentales y sus romanzas a las jóvenes. Yo no soy sensible sino a los suspiros del cañón, a las palabras del Congreso y a las exclamaciones del pueblo cuando paso por las calles."

Francisca Zubiaga y Bernales de Gamarra

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