"Cuando leí lo mal que lo pasan los pobres de Denver me entraron ganas de animarles a todos a que salgan de allí y registren la propiedad de alguna tierra. Me entusiasma ver cómo las mujeres se animan a la vida de la hacienda. En realidad es menos fatigoso cultivar mucho para satisfacer a una gran familia que trabajar lavando, con la satisfacción añadida de saber que no vas a perder el empleo si te preocupas por mantenerlo."

Elinore Pruitt Stewart
Cartas de una pionera


"La pequeña Mary Ann, pobrecita, se ahogó en el pantano mientras cogía nenúfares. Toda su vida había deseado un vestido blanco, así que cuando murió, descolgaron las cortinas blancas del larguero y madre hizo un pequeño sudario a la luz de un churro de sebo. Pero al tener que hacerlo a mano, todo se demoró hasta el día siguiente, de manera que la enterraron a la luz de la luna en el fondo del huerto, bajo un olmo grande donde siempre había estado el columpio de los niños. En fila, delante de la tumba, la fueron cubriendo con grandes y olorosos nenúfares. Los ruiseñores se pusieron a trinar mientras bajaban el pequeño ataúd casero a la sepultura, y siguieron cantando durante toda aquella noche de rocío y luz de luna."

Elinore Pruitt Stewart
Cartas de una pionera



"Me alegra mucho poder llevarle un poco del aire libre, limpio y hermoso de por aquí a su apartamento para que disfrute, y no hay nada que me haga más feliz que llevar el oeste y su gente a otras personas que de otra manera no podrían gozar de él. Si así pudiera al menos sacarlos de sus problemas y ofrecerles esta brisa tonificante de la montaña, alguna instantánea del paisaje, el olor de los pinos y de la salvia, si al menos pudiera hacer que sintieran la compresión espontánea y dispuesta de estas gentes de la frontera, estoy segura de que se olvidarían sus penas y entonces mi felicidad sería completa."

Elinore Pruitt Stewart


"Tengo mi casa en mitad de las montañas azules, mis niños bien educados, mi esposo limpio y honesto, mis lindas y generosas vacas lecheras, mi jardín (…). Hay montones de pollos, pavos y cerdos que está a mi cuidado. Tengo unos cuantos caballos viejos, lentos y nobles, y una vieja carreta. Puedo subir a los críos y en cualquier momento ir a donde me apetezca. Tengo los mejores vecinos, los más amables, y tengo también mis queridos amigos ausentes ¿Entiende por qué soy tan feliz?"

Elinore Pruitt Stewart
Cartas de una pionera









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