"Cuando tenemos en cuenta debidamente esta mano de obra perfecta del Artista Divino, debemos confesar, que esas cosas que descubrimos por los microscopios y la industria no son sino como una sombra de las que hasta ahora permanecen ocultas a nosotros, no sólo en animales tan pequeños como estos que están en consideración, sino también en los animales más grandes, y en las plantas.
Es de esperarse entonces, que las indagaciones sobre las obras de la naturaleza, buscando más y más en sus misterios ocultos, pondrán cada vez más y más descubrimientos de la verdad ante los ojos de todos, para que se produzca la aversión a los errores épocas pasadas, a lo cuál todos los que aman la verdad deben diligentemente dirigirse. 
Porque nosotros no podemos de ninguna manera glorificar mejor al Señor y Creador del Universo más que, en todas las cosas, por pequeñas que siempre parezcan a nuestros ojos, las cuáles han recibido el don de la vida y poder para aumentar, contemplemos la manifestación de Su Omnisciencia y Perfecciones con la mayor admiración."

Anton van Leeuwenhoek



"De todas estas observaciones podemos asegurar completamente que el calor y el agua, por sí mismos, promueven el crecimiento de las plantas. Y también, que Dios, el Creador todo sabio del universo, no crea ninguna nueva especie en la Tierra, sino que, desde el Principio, el ordenó y constituyó todas las cosas con tal de que, su Creación, siendo perfecta, las semillas de las plantas, cuando estén maduras, produzcan o contengan en sí mismas (a pesar de no llegue a descubrirse por nosotros) la parte o [retoño] vegetativo de una futura planta, la cuál, a su debido tiempo será producida, y que en todo se refleja en conformación a la planta original. Y esto, considero como una verdad que prevalece no sólo en las plantas, sino en todas las criaturas vivientes existentes."

Anton van Leeuwenhoek



"El 24 de abril de 1676, cuando observaba por casualidad ese agua, vi en ella, con gran asombro, una cantidad increíblemente grande de pequeños animálculos de varios tipos; entre otros, unos que eran tres o cuatro veces más largos que anchos. Su grosor era, a mi juicio, no mucho mayor que uno de los pequeños pelos que cubren el cuerpo de un piojo. Esos seres tenían unas patas muy cortas y delgadas sobre la cabeza (aunque fui incapaz de reconocer una cabeza, hablo así de ella por la única razón de que esa parte siempre iba hacia delante al moverse)… Cerca de la parte trasera había un glóbulo muy claro; y aprecié que la parte más trasera estaba ligeramente partida. Estos animálculos son muy astutos al moverse y a menudo dan vueltas en redondo."

Anton van Leeuwenhoek
Tomada del libro El cerebro de Broca de Carl Sagan, página 239


“El trabajo que llevo haciendo de un tiempo a esta parte no lo hice para conseguir las alabanzas que ahora recibo, sino que fui impulsado por la curiosidad de conocer, la que me parece tener en mayor medida que otros hombres. Y además siento la obligación de que cuando encuentro algo notable veo que he de registrarlo por escrito para comunicárselo a las personas inteligentes.”

Anton van Leeuwenhoek
Así se describía, en una carta fechada en Delft el 12 de junio de 1716


"Los tipos de experimentos anteriores que he repetido muchas veces con el mismo éxito, y, en particular, con algunos de los sedimentos que se han mantenido en mi estudio durante unos cinco meses. . .  
De todas estas observaciones, podemos discernir más claramente la perfección incomprensible, el orden exacto y el inescrutable cuidado providencial, con el que el más sabio Creador y el Señor del universo ha formado los cuerpos de estos animalillos, que son tan diminutos que escapan a nuestra vista, a fin de que las diferentes especies de ellos pueden conservar su existencia.
Y es esta maravillosa disposición natural, respecto a estos animalillos para la preservación de sus especies, la que al mismo tiempo nos llama la atención con asombro; seguramente debe de convencer a todos de lo absurdo [que son] las viejas opiniones de que los seres vivos pueden ser producidos a partir de la corrupción de la putrefacción."

Anton van Leeuwenhoek


“Siempre que descubrí algo notable, he pensado que era mi deber dejar mi descubrimiento en papel, para que todas las personas ingeniosas pudieran ser informados de ello.”

Anton van Leeuwenhoek














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