Destrucción

¿Asustada?

Asustada.

Porque antes creía conocer el miedo.

Y no lo conocía.

¿Herida?

Herida.

Porque antes creía conocer el dolor.

Y no lo conocía.

¿Abatida?

Abatida.

Porque antes creía conocer el abismo.

Y no lo conocía.

¿Aislada?

Aislada.

Porque antes creía conocer el vértigo.

Y no lo conocía.

¿Asfixiada?

Asfixiada.

Porque antes creía conocer el pánico.

Y no lo conocía.

Creía conocer el límite de mi debilidad.

Y no lo conocía.

No tenía ni idea.


¿Sensible?

No. Soy de acero puro.

Sólo me hago daño al sol.


La madrugada es el tiempo de la resignación.


Pero el día es largo

y la madrugada oscura.

Estoy muda y tengo miedo:

no es que ahora pueda hablar

sino que las palabras son pavesas

en estas manos inútiles y huecas.


Nada debería existir:

ni la luna ni el sol ni yo.

Ni este paisaje frío

que nos regala el otoño

cada vez que llega.


Porque

el otoño

es un cuerpo

en descomposición.


Dejar que el pus anide

hasta que llegue a la garganta,

y que sea lo que él quiera ser:

niño o niña.

Vómito o náusea. 

Esperanza es el nombre de la destrucción.

Tulia Guisado Muñoz
(de 37´6, Editorial Legados, colección Netwriters Poesía)



Humana

"Me despojo de todo

y lo soy todo, de repente.

Me veo árbol y grito

me descubro animal y bostezo

me revelo pájaro

y te sobrevuelo

me despierto insecto

y quiero una manzana.

Pero no humana.

Nunca humana.

¿Cómo ser humano,

quién querría?"

Tulia Guisado






No hay comentarios: