"Al principio lo peor para mí era el despertar por la mañana. Porque cuando despierto yo sigo en la oscuridad total. Y tampoco hay ningún sonido. En realidad, no hay diferencia con el sueño. Y a veces me cuesta cerciorarme de si estoy despierto o todavía dormido."
"En general, prefiero dedicar mi tiempo a mis compañeros sordociegos que a mí mismo. Porque, en fin, la mía es una tarea maravillosa. Desde nuestra oficina estamos siempre maquinando cosas chulas para desarrollarnos más y mejor. Se trata de un trabajo común, lleno de sentido, y no hay nada más hermoso que eso."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 43
"En mi vida ha habido muchos momentos de cambio: cuando me quedé sordo, luego cuando me quedé ciego, cuando entré a trabajar en la ONCE, cuando conocí a mi mujer, pero si estás abierto a todo lo que te trae la vida con curiosidad y entusiasmo, te das cuenta de que todo es bueno, siempre. Depende de ti verlo así."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 44
"La única forma de averiguar si he llegado realmente a mi casa, es ver si encaja la llave."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 41
"En general, prefiero dedicar mi tiempo a mis compañeros sordociegos que a mí mismo. Porque, en fin, la mía es una tarea maravillosa. Desde nuestra oficina estamos siempre maquinando cosas chulas para desarrollarnos más y mejor. Se trata de un trabajo común, lleno de sentido, y no hay nada más hermoso que eso."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 43
"En mi vida ha habido muchos momentos de cambio: cuando me quedé sordo, luego cuando me quedé ciego, cuando entré a trabajar en la ONCE, cuando conocí a mi mujer, pero si estás abierto a todo lo que te trae la vida con curiosidad y entusiasmo, te das cuenta de que todo es bueno, siempre. Depende de ti verlo así."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 44
"La única forma de averiguar si he llegado realmente a mi casa, es ver si encaja la llave."
Daniel Álvarez
"La vida del sordociego está llena de retos, como cuando, de soltero, en Madrid, aprendí a cocinar. Ahora soy un “cocinillas” y a mi hija le encantan mis platos. ¡Pero, claro, al principio quemé muchos filetes!"
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 43
"La vida del sordociego está llena de retos, como cuando, de soltero, en Madrid, aprendí a cocinar. Ahora soy un “cocinillas” y a mi hija le encantan mis platos. ¡Pero, claro, al principio quemé muchos filetes!"
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 43
"No oigo ni veo. Si puede ayudarme a cruzar, agárreme de este brazo. Gracias."
Daniel Álvarez
"No sabes lo que me ahorro al no oír ni ver. Por mucho que meta la pata, a mí no se me puede reñir mucho."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 44
"No sabes lo que me ahorro al no oír ni ver. Por mucho que meta la pata, a mí no se me puede reñir mucho."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 44
"No sé cómo esta mujer se ha podido enamorar de mí, yo creo que está loca, pero bendita locura."
Daniel Álvarez
"Para mí la vida es sagrada. Sentir la brisa en el cuerpo o los rayos de sol en la cara es un milagro maravilloso. Los olores también son una gozada: el olor a pan fresco al pasar frente a una panadería o el de café recién hecho... La vida nos ofrece cien mil oportunidades de disfrutarla."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 44
"Si otros pueden, ¿por qué yo no?"
Daniel Álvarez
"Una vez estaba delante de un paso de cebra, en Madrid, ya llegando al trabajo. Sabía que era una calle muy estrecha, pero no me atrevía a cruzar. Unas jovencitas me empezaron a gritar desde el otro lado: «¡Ya puede pasar, que no hay coches!». Pero yo no oía nada, claro. Así que seguía allí. Al final, se enfadaron y se fueron diciendo: «¡Bueno, tío, ya te hemos avisao!». Me lo contó un compañero de trabajo que se partía de risa. La gente se da cuenta de la ceguera por el bastón y las gafas, pero nunca de la sordera. Y es que yo sólo contacto con alguien si me tocan."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 42
"Una vez estaba delante de un paso de cebra, en Madrid, ya llegando al trabajo. Sabía que era una calle muy estrecha, pero no me atrevía a cruzar. Unas jovencitas me empezaron a gritar desde el otro lado: «¡Ya puede pasar, que no hay coches!». Pero yo no oía nada, claro. Así que seguía allí. Al final, se enfadaron y se fueron diciendo: «¡Bueno, tío, ya te hemos avisao!». Me lo contó un compañero de trabajo que se partía de risa. La gente se da cuenta de la ceguera por el bastón y las gafas, pero nunca de la sordera. Y es que yo sólo contacto con alguien si me tocan."
Daniel Álvarez
Tomado del libro Nada es tan terrible de Rafael Santandreu, página 42
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