"A partir del otoño de 1941 tuvimos que llevar la estrella judía prendida en nuestra ropa. Con diez años me expulsaron de la escuela pública."

Helga Weissová


"Dejad que los dibujos de los niños sean por siempre sin ataúdes ni horcas como los que los niños de Terezin vieron y dibujaron. Dejad que los niños dibujen solo días soleados, flores, pájaros y mariposas."

Helga Weissová



“Estuve en ese lugar (Terezin) casi tres años. De niña me convertí en adulta. Allí viví también mi primer amor… No llevaba bien mi separación de los padres, echaba de menos mi casa, pasé por varias enfermedades, tenía hambre. Por otra parte, llegué a conocer la solidaridad y amistad verdadera. Estaba alojada en lo que llamaban la casa de las niñas. Teníamos cuidadores en cada fila de prisioneros 24 horas al día. Nos impartían clases, nos leían poemas, jugaban con nosotros, cuidaban de los enfermos. Intentaban protegernos del sufrimiento psíquico y se esforzaron para que no perdiéramos los principios morales.”

Helga Weissová


"Las condiciones eran horribles. Frío, enfermedades, confinamiento. La mayoría de las mujeres perdían la menstruación cuando llegaban a Terezín. Yo era una niña y había tenido mi segundo periodo justo antes de llegar, luego lo perdí durante dos años. Lo recuperé unos meses pero lo perdí definitivamente en Auschwitz. Me parece un milagro que las mujeres que pasamos por campos de concentración hayamos podido tener hijos."

Helga Hošková-Weissová


 "Me he preguntado muchas veces por qué he sobrevivido precisamente yo."

Helga Weissová







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