"Al hablar de lavaderos mecánicos, donde ―indistintamente, en todos― las condiciones de labor son desesperantes, no es posible callar ante la forma inhumana en que trabajan las obreras del lavadero La Higiénica. En el año 1912 se reunía en el salón de la Federación Gráfica Bonaerense un grupo numeroso de mujeres trabajadoras de este establecimiento, declaradas en huelga. Pobres y escuálidas mujeres todas, marcadas con el estigma de las privaciones y del trabajo excesivo. Variaba la edad de ellas entre los doce y los cincuenta años. Nombraron para asesorarlas ante la gerencia del establecimiento a la doctora Julieta Lanteri Renshaw, a Enrique Barca y a la que escribe estas líneas.
Oímos de labios de las huelguistas la narración de las condiciones en que realizan su trabajo... siendo realmente horribles. Y no es que ellas mintieran, por cuanto hemos podido comprobarlo. Obligadas a trabajar, las de la sección lavado, en pisos húmedos, en invierno tiritando de frío y en verano haciéndoseles insoportable la atmósfera debido al va-por de agua que se desprende de los cilindros, son constantemente azuzadas por los inspectores, recibiendo frecuentemente empellones, y soportan una jornada de labor de ¡9 a 11 horas! No gozan de las dos horas reglamentarias que determina la ley para el almuerzo.
Pero hay aún más: las de la sección planchado, debido a la alta temperatura, en verano se desmayan con frecuencia, pero ―lejos de auxiliarlas―, el inspector, reloj en mano, comprueba la duración del síncope a fin de que la obrera complete la jornada de labor. Los comentarios huelgan, máxime si tenemos en cuenta que entre los miembros del directorio que más se opusieran a las justas reclamaciones de las obreras la mayoría son militantes católicos, acostumbrados a llevar el palio en las procesiones."

Carolina Muzzilli



"La mujer aristocrática y la mujer proletaria son igualmente víctimas. Llegó la hora de que la mujer argentina reconozca que no es inferior al varón, e que incluso si tiene una misión diferente, se le deben restaurar sus derechos civiles y naturales."

Carolina Muzzilli


"La mujer en la sociedad actual [...] carece de voluntad propia, teniéndosela y habiéndosela tenido en un estado de inferioridad, como si la Naturaleza, al darle lo que la rodea de luminosidad ―la maternidad―, la hubiese sellado con una marca indeleble de ignominia."

Carolina Muzzilli



"Los espíritus timoratos temen la destrucción de la familia. Sin embargo, el divorcio constituiría el modo de preservarla dándoles a dos seres infelices la oportunidad de constituir nuevamente verdaderos hogares. [...] ¿Por qué negarle a la mujer si es joven que satisfaga su suprema aspiración formando un nuevo hogar? ¿Por qué negarle el derecho de gozar de las dulzuras de la intimidad de su casa siendo de nuevo esposa y madre? ¿Por qué negarle al hombre que constituya un nuevo hogar en donde imponga la paz, el amor, sustrayéndolo así de frecuentar lugares licenciosos?"

Carolina Muzzilli



“No queremos a la mujer esclava de sus prejuicio, no la deseamos presa codiciable para la explotación del taller. Queremos que obtenga los derechos que le corresponden como ser humano y que pueda participar en el elevado banquete del espíritu. Ojalá no esté lejano el día que adquiera ese derecho. Lo logrará cuando sea alejada del taller y de la fábrica donde hasta el presente marchita su juventud.”

Carolina Muzzilli


"Yo llamo feminismo de diletantes a aquel que solo se interesa por la preocupación y el brillo de las mujeres intelectuales. [...] Es hora de que ese feminismo deportivo deje paso al verdadero, que debe encuadrarse en la lucha de clases. De lo contrario será un movimiento elitista, llamado a proteger solo a aquellas mujeres que hacen de la sumisión una renuncia a su derecho a una vida mejor. Abomino de la humildad por el simple motivo de mi apoyo a quienes exigen bienes que les corresponden simplemente por vivir en un país donde se recita que «todos son iguales ante la ley»."

Carolina Muzzilli










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