“Bin Laden se ha convertido en la Moby Dick de Bush.”

Edward W. Said


"Cada imperio, en cualquier caso, se dice a si mismo y al mundo que es diferente del resto de imperios, que su misión no es saquear y controlar sino educar y liberar."

Edward W. Said



"Dado que no deseo herir los sentimientos de nadie, mi primera obligación no es ser amable sino ser honesto con mis quizá particulares recuerdos, experiencias y sentimientos."

Edward W. Said



"El humanismo es la única -diría que además la última- resistencia que tenemos contra las prácticas inhumanas y las injusticias que desfiguran la historia de la humanidad."

Edward W. Said


“Es la ausencia de Oriente la que propicia y posibilita la “presencia” del orientalista.”

Edward W. Said



“(…) Existencia de un cierto sentimiento de Oriente que no sea ni de una generalidad imposible ni imperturbablemente privado. Es inútil buscar en el orientalismo algún sentimiento vivo sobre la realidad humana, o incluso social, del oriental como habitante contemporáneo del mundo moderno.”

Edward W. Said



"Israel y el resto del mundo deben saber que somos un pueblo, una cultura, que no podemos ser ignorados y que sólo construiremos el futuro sobre una comprensión mutua."

Edward W. Said


"La extensión de Oriente más hacia el Este, desde un punto de vista geográfico, y más lejos en el tiempo, desde un punto de vista temporal, suavizó e incluso hizo desaparecer el marco bíblico. Los puntos de referencia ya no eran el cristianismo y el judaísmo, con sus calendarios y sus mapas bastante modestos, sino India, China, Japón y Sumer, el budismo, el sánscrito, el zoroastrismo o mazdeísmo y los seguidores de Manu. La capacidad de tratar históricamente (y no reductivamente, como un tópico de política eclesiástica) las culturas no europeas y no judeocristianas fue consolidándose a medida que la propia historia era concebida de una manera más radical que antes; comprender bien Europa significaba también entender las relaciones objetivas entre Europa y sus propias fronteras temporales y culturales hasta entonces inaccesibles. En cierto sentido, la idea de Juan de Segovia de la contraferentia entre Oriente y Europa se llevó a cabo, pero de una manera totalmente laica; Gibbon podía tratar a Mahoma como una figura histórica que influyó en Europa y no como un sinvergüenza diabólico que deambulaba por algún lugar entre la magia y la falsa profecía. Una identificación selectiva con las regiones y las culturas diferentes de la nuestra corroía la resistencia del yo y de la identidad, los cuales anteriormente habían estado distinguiendo entre una comunidad de creyentes dispuestos en línea de batalla frente a las hordas de bárbaros. Las fronteras de la Europa cristiana ya no eran una especie de aduana; y las nociones de asociación humana y de posibilidad humana adquirieron una legitimidad extensa general en lugar de una legitimidad restringida. Las clasificaciones de la humanidad se multiplicaron sistemáticamente al mismo tiempo que las posibilidades de designación y de derivación se refinaron para llegar más allá de las categorías denominadas por Vico naciones gentiles y sagradas; la raza, el color, el origen, el temperamento, el carácter y los tipos encubrían la distinción entre cristianos y todos los demás.
Sin embargo, si estos elementos conectados entre sí representaban una tendencia a la secularización, esto no quiere decir que los antiguos modelos religiosos de la historia, del destino humano y de los «paradigmas existenciales» de los hombres fueran simplemente desplazados; muy al contrario, fueron reconstituidos, reorganizados, y redistribuidos en los marcos seculares que acabamos de enumerar. Cualquiera que estudiara Oriente debía disponer de un vocabulario secular acorde con estos marcos. Pero si bien el orientalismo proporcionó el vocabulario, el repertorio de conceptos y las técnicas —ya que, desde el final del siglo XVIII, eso fue lo que el orientalismo hizo y lo que el orientalismo fue—, también conservó, como corriente permanente en su discurso, un impulso religioso reconstruido y un supernaturalismo naturalizado. Lo que vaya intentar demostrar es que este impulso del orientalismo residía en la concepción que el orientalista tenía de sí mismo, de Oriente y de su disciplina.
El orientalista moderno era, desde su punto de vista, un héroe que rescataba Oriente de la oscuridad, de la alienación y de la extrañeza con las que él mismo se había distinguido convenientemente. Sus investigaciones reconstruían las lenguas perdidas de Oriente, sus costumbres e incluso sus mentalidades, como Champollion reconstruyó los jeroglíficos egipcios a partir de la Piedra de Rosetta, Las técnicas específicas del orientalismo —la lexicografía, la gramática, la traducción y la descodificación de culturas— restauraron, encarnaron y reafirmaron los valores tanto de un Oriente antiguo clásico como de las disciplinas tradicionales (filología, historia, retórica y polémica doctrinal). Pero durante este proceso, Oriente y las disciplinas orientalistas cambiaron dialécticamente, ya que no podían sobrevivir en su forma original. Oriente, incluso en la forma «clásica» que los orientalistas normalmente estudiaron, fue modernizado y devuelto al presente; las disciplinas tradicionales también fueron introducidas en la cultura contemporánea. Pero ambos presentaban las huellas del poder: el poder de haber resucitado, incluso creado, Oriente, poder que residía en las nuevas técnicas científicamente avanzadas de la filología y de la generalización antropológica. En resumen, al haber llevado Oriente a la modernidad, el orientalista podía celebrar su método y su posición como si fueran los de un creador secular, un hombre que creaba nuevos mundos como una vez Dios había creado el antiguo. Para asegurar la continuación de estos métodos y de estas posiciones, más allá de la duración de la vida de cualquier orientalista individual, debería ser una tradición secular de continuidad, un orden laico de metodologistas disciplinados, cuya hermandad estaría basada no en un linaje de sangre, sino en un discurso común, una práctica, una biblioteca y un conjunto de ideas recibidas, en resumen, una doxología, común a todos los que entraran en sus filas. Flaubert fue lo suficientemente presciente como para ver que, con el tiempo, el orientalista moderno se iba a convertir en un copista, como Bouvard y Pécuchet; pero al principio, en los tiempos de Silvestre de Sacy y Ernest Renan, ese peligro no se vislumbraba."

Edward Said
Orientalismo



"La mayoría de las personas tienen consciencia de una cultura, un contexto, una casa; los exiliados tienen consciencia de al menos dos, y esta pluralidad de visión da lugar a una consciencia de dimensiones simultáneas, una conciencia que –tomando prestada una frase de la música– es contrapuntística."

Edward Said
Reflections on Exile


"La propaganda israelí, el desprecio estadounidense hacia los árabes, y la incapacidad árabe y palestina para formular y representar los intereses de sus pueblos han conducido a una enorme deshumanización de los palestinos, cuyas enormes dosis de sufrimiento experimentado día a día, hora a hora, minuto a minuto, ya no merecen consideración alguna. Es como si los palestinos hubiesen dejado de existir, excepto cuando alguien lleva a cabo una acción terrorista; entonces, todo el aparato mediático del planeta se pone en marcha y, arrojando sobre ellos el término "terrorista" en términos generalizadores, asfixia la existencia de los palestinos en tanto que individuos que sienten y respiran, gente con una Historia y una sociedad verdaderas."

Edward Said
Una vía de sentido único



“La sociedad y la cultura literaria sólo se pueden comprender y analizar juntas.”

Edward W. Said



"Mi argumento es que la historia la hacen hombres y mujeres, y por tanto pude también ser deshecha y reescrita, siempre con algunos silencios y omisiones, siempre con sombras impuestas y desfiguraciones toleradas."

Edward W. Said


"No podemos luchar por nuestros derechos y por nuestra historia así como por nuestro futuro hasta que nos armemos con las armas de la crítica y la consciencia."

Edward W. Said



"No puedes continuar haciendo víctima a alguien sólo porque tú mismo lo fuiste una vez -tiene que haber un límite."

Edward Wadie Said


“Ningún orientalista se ha identificado jamás, desde un punto de vista cultural y político, sinceramente con los árabes.”

Edward W. Said



"Quizá fui demasiado impaciente, demasiado inoportuno e insistente con Pontecorvo. Me presenté en la puerta de su casa con la más escasa de las presentaciones con el fin (debió de haber parecido) de molestarlo con preguntas de hace veinte años o de sermonearle acerca de lo que debería estar haciendo ahora. Hombre huidizo y no obstante curiosamente atractivo, me brindó, creo yo, una serie de paradojas que pueden subyacer en el corazón de su largo silencio cinematográfico tras La batalla de Argel y Queimada. Atenazado por pasiones políticas indomables, las sublima por completo en imágenes y música. Intelectual con firmes asideros en la teoría y la argumentación, no tolera la presencia explícita de ninguna de ambas cosas en sus películas. Hombre cuyo gusto estético es fanáticamente preciso, al parecer se las arregla para hacer el suficiente trabajo televisivo de pacotilla para mantenerse económicamente a flote. Entiende y ha encarnado mejor que nadie en el cine el contrapunto narrativo de pueblos e historias, aunque no parece deseoso de ampliar la mirada de sus películas en el presente. ¿Estaba acaso Pontecorvo hablando de sí mismo cuando describía el abandono de la política prevaleciente en el mundo actual?"

Edward Said
Reflexiones sobre el exilio


“Tener una cierta libertad para relacionarse con el otro era siempre un privilegio del occidental, porque la suya era la cultura más fuerte; él podía penetrar, abarcar, dar forma y significado al gran misterio asiático.”

Edward W. Said





"Todo el conocimiento [pasado] que es de la sociedad humana y no del mundo natural, es conocimiento histórico, y por tanto, yace en el juicio y la interpretación. Esto no es decir que los hechos o los datos no sean existentes, sino que los hechos son considerados importantes a partir de lo que se hace con ellos con la interpretación, porque las interpretaciones dependen mucho de dónde se encuentra el observador, a quién le está hablando, cuál es su propósito, y en qué momento histórico tiene lugar la interpretación."

Edward W. Said




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