"... desde que soy consciente, he tenido visiones, he sido el raro, he tenido percepciones, decía cosas… Mi familia tenía unos viveros de flores y plantas, entonces en los lugares donde vivíamos nosotros, y en los alrededores, era mi madre la que se encargaba de decorar los altares cada domingo, cada evento especial, en todas las iglesias y ermitas de la zona, entonces he vivido, como no tenían con quién dejarme, pues en ese entorno de la sacristía, con mi mami, ayudándola con los centros de flores y tal… Y mi madre me decía cada vez que tenía una visión “vete ahí y rézale a la virgen”. Mis padres no sabían qué hacer con eso, y como estábamos mucho en ese ambiente, porque cuidaba de la iglesia, y luego hacía los altares de cuatro o cinco iglesias…. Después aprendí que si yo le decía a mis padres, que cuando estaba rezando a la virgen, delante del altar, “he sentido que…, me ha venido la información de tal o que cual…”, pues que lo llevaban mejor,  y me permitían decirlo."

Mikel Lizarralde 


“Veo una presencia, o veo una fecha, y un nombre… y luego eso va acompañado de un sentimiento emocional y/o una sensación fisiológica en mí. Entonces veo un hombre, yo sé por dónde se coloca alrededor de esa persona, yo sé quién es, porque para mí es como si fueran gradas, donde vemos el linaje, donde vemos las generaciones. Si está más o menos cerca, sé qué grado de relación tiene con la personas. También aparecen las familias biológicas en casos de adopciones, y luego siento en mi cuerpo lo que es el dolor por ejemplo del infarto, o a veces veo la palabra infarto. Pregunto a la persona “¿puedo darte un mensaje?”, y cuando nos da su voz, es como que todo eso que estamos viendo, se acerca mucho más a nosotros. Se maximiza, y en cuanto lo dices, te empieza a venir más información, y en cuanto vuelves a decir esa información, te viene un poco más, es como si fuera por cuenta gotas. Lo más común es que comuniquen la forma en qué murieron primero, para que les puedas reconocer.”

Mikel Lizarralde 











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