"Cocinar es hechicería, alquimia. Y comer es ser hechizado. Eso lo sabía Babette, artista que conocía los secretos de producir alegría mediante la comida. Ella sabía que, después de comer, las personas no siguen siendo las mismas. Cosas mágicas acontecen. De eso desconfiaban los endurecidos moradores de aquella aldea, que tenían miedo de comer del banquete que Babette les preparó. Creían que era una bruja y que el banquete era un ritual de hechicería. Y tenían razón. Que era hechicería, eso mismo. Sólo que no del tipo que imaginaban. Creían que Babette haría que sus almas se perdieran. No irían al cielo. De hecho, la hechicería aconteció: sopa de tortuga, callos al sarcófago, vinos maravillosos, el placer ablandando los sentimientos y pensamientos, las durezas y las arrugas del cuerpo siendo alisadas por el paladar, las máscaras cayendo, los rostros endurecidos haciéndose bonitos por la risa, in vino veritas…"

Rubem Alves



"Desde hace unos años tengo perdida mi respetabilidad académica. Nadie me la quitó, pero un buen día, por razones que no me sé explicar, algo sucedió en mí. No sé qué me pasó, mas lo cierto es que de repente me descubrí incapaz, en absoluto, de pensar, hablar y escribir analíticamente. Fui poseído por la forma poética y sigo por ella poseído cuando escribo. Aunque esto me gusta, me crea también muchos problemas con auditorios científicos y académicos, porque esa gente no cree que la poesía sea algo serio; sin embargo, yo creo que es la cosa más seria: creo que Dios es poesía. Si pudiese hacer una nueva traducción del texto de Juan: “y el Verbo se hizo carne”, pondría “y un Poema se hizo carne”."

Rubem Alves



"La teología protestante nació cuando el poder mágico-poético de la Palabra fue redescubierto y democratizado. Cada individuo debería leer las Escrituras de la misma forma en que se lee un poema, en la soledad, sin voces intermedias de interpretación. Los hermeneutas debían guardar silencio para que la voz del Extraño pudiese ser oída: el testimonio interior del Espíritu Santo. Se creía que las palabras olvidadas escritas en nuestra carne y la Palabra venida del pasado se encontrarían y harían el amor —y así sucedería el milagro. Si, por pura gracia, el Viento soplase y la melodía ausente fuese escuchada, los muertos resucitarían."

Rubem Alves



Las raíces de un nuevo lenguaje teológico

"Padre… Madre… de ojos mansos,
sé que estás invisible en todas las cosas.
Que tu nombre me sea dulce, la alegría de mi mundo.
Tráenos las cosas buenas en las que encuentras placer:
el jardín, las fuentes,
los niños,
el pan y el vino,
los gestos tiernos, las manos desarmadas,
los cuerpos abrazados…
Sé que quieres darme tu deseo más profundo,
Un deseo cuyo nombre he olvidado, pero tú no olvidas nunca.
Cumple, pues, tu deseo, para que yo pueda reír.
Que tu deseo se cumpla en nuestro mundo,
de la misma manera que late en ti.
Concédenos satisfacción en las alegrías de hoy:
el pan, el agua, el sueño…
Que estemos libres de la ansiedad.
Que nuestros ojos sean tan mansos para los demás
como los tuyos lo son para nosotros.
Porque,
si somos feroces,
no podremos acoger tu bondad.
Y ayúdanos
para que no nos engañemos con los deseos malos.
Y líbranos
de aquel que carga la muerte en sus propios ojos.
Amén."

Rubem Alves




"Parte de nuestra neurosis proviene del deseo omnipotente de tener nuestros bolsillos llenos de verdades y certezas."

Rubem Alves


“Poeta es aquel que en medio de las diez mil cosas que nos distraen, es capaz de “ver” lo esencial y llamarlo por su verdadero nombre.”

Rubem Alves


"Saudade es una palabra de uso frecuente. Creo que es el fundamento de mi pensamiento poético y religioso. Los traductores experimentados dicen que no hay un sinónimo exacto en otras lenguas. Es un sentimiento cercano a la nostalgia. Pero no es nostalgia. La nostalgia es mera tristeza sin objeto. No tiene rostro. Mientras que saudade es siempre saudade “de” un escenario, una cara, una escena, un momento. El poeta brasileño Chico Buarque escribió una canción sobre ella, en la que afirma que la “saudade es un pedazo arrancado de mí, es para enderezar la habitación del hijo que acaba de morir. Es la presencia de una ausencia. […]
Los místicos y los poetas han sabido que el silencio es nuestro hogar original… Hay una Palabra que solo puede ser escuchada cuando todas las palabras han quedado mudas, una Palabra escatológica que se hace escuchar a sí misma al fin del mundo. Pura gracia, un pájaro no enjaulado, un pájaro salvaje que vuela con el Viento. […]
La poesía es el lenguaje de lo que no es posible decir."

Rubem Alves



"Sucede que lo que deseo es ser hechicero, pues encuentro que la fe bíblica es una mezcla de hechicería y sabiduría. Sé que los teólogos modernos me maldecirán y dirán que ya enloquecí. Los comprendo. Hace mucho tiempo que no nos entendemos. Yo hablo una cosa y ellos entienden otra. Hago mío el lamento de Zaratustra: “No soy boca para esos oídos."

Rubem Alves






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