ELEGÍA I

"Los matices entre nuestras existencias son tan parecidos
que todos preguntamos lo mismo en voz alta
y después, silencio.
No se escucha nada en estos silencios callados,
y preocupados por repetir la pregunta
nos olvidamos de la respuesta
creyendo que carecen de perfume las flores que buscan mariposas.
No hay flores equivocadas.
Que la pregunta sea importante
está relacionado con la dimensión de la necesidad
no con la de la respuesta,
y la respuesta responderá a la necesidad, no a la pregunta.
De todo el cielo yo sólo veo una parte,
cuento el tiempo como noches y días, los distingo por un cambio de tono,
y el cielo que hay detrás ni siquiera es azul.
¿De qué le serviría a la flor que la luz que muestra sus colores
no contrajera las pupilas?
No hay flores equivocadas porque su conciencia
no les permite respuestas mayores a su vida;
y no preguntan,
pero las flores no se acaban.
Si por la verdad que hay detrás dejase de ver las caras,
sabría de almas, pero no tendría amigos.
La verdad, sin preguntarse nada, serían unos ojos inútiles,
una esperanza que, curiosa por el sentido de la espera,
me habría hecho perder el tiempo,
sería salivar ante el amarillo sin haber pasado nunca por la fruta.
Ser, antes de llegar, allá donde me dirijo
me quitaría el sabor a vida
y me dejaría sin la parte cierta de la verdad.
Verdad, si no eres de verdad,
qué me importa que no seas sucedáneo,
si mis calles son escuelas de tu intención
verlas tan sólo como decorados
me alejaría de ti una vida más.
¿Dónde podría agarrarme cuando la imaginación no pudiese responder
a las necesidades de mi condición humana?
Vería a la misma distancia escaparates y perros
y me hundiría si sintiese que peso más que el cartón.
¡En qué me convertiría yo más que en el drama de una locura
dentro de un cuerpo en un espacio sin tierra ni techo!
No te puedo saber porque no te he de saber.
Se buscarán respuestas intocables para que se te acerquen;
es una conclusión humana y, en cambio,
todo lo que es humano nos parece poco.
Sería extraño, Verdad,
que no necesitásemos mecanismos de defensa propios,
que se hubiesen tenido en cuenta los miedos de todos
menos los nuestros,
sería extraño un pez muerto fuera del agua con las branquias nuevas;
para un pez sería extraño.
Desde el cielo, su propia perspectiva es la de un pez seco,
un pez con branquias, sin agua;
un hombre con esperanza que cree ver contestadas las preguntas
que todavía teme."

Teresa Colom
Traducción del catalán al español: Concha García



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