Elemental

"Hay una estación para esta madurez,
la manera de ascender la savia del árbol para nutrir
el fruto de la rama más alta,
o el movimiento del jazmín
que trepa los enrejados para exhibir
una sola flor a la marea de la luna nueva.

En mi jardín los bambúes se arquean
sobre un trozo de césped, piedras de río,
tierra removida. Sola, donde las malas hierbas
crecen más salvajes, pienso:

cómo la dorada piel del mango
se quebró entre tus dientes; cómo
engulliste el cielo sin costuras
sobre Siquijor, volviéndose tu cuerpo
toda una tierra en la que yo podía comulgar
con lunas negras, el sabor de la tierra,
el fluir de cantos del río, el olor del aire
antes de la lluvia, ramos de flores
de nombres extraños. Sí, hay

razón para esta madurez.
Te haces de oro en mi lengua."

Marjorie Evasco
Traducción: Alice M. Sun-Cua y Jose Ma. Fons Guardiola


La memoria

"Y no hay duda acerca del regreso, 
se trata de ir más allá.
Cada perspectiva muestra, desde la altura,
el paisaje tenue del pasado 
el brillo peculiar de la memoria: nuestros gestos 
para entonces, rígidos, íntimos.
Se empuñan manos, brazos cerrados, se funden cuerpos
en reconocimiento de nuestros semejantes, este banquete humano.
Pero en esta vastedad, soltando amarras,
hay un ansia por volar: volar solitario
por las regiones más extrañas
donde únicamente colisionan estrellas moribundas
y cuya sobrevivencia reside en los rastros singulares de tu órbita. 
La soledad es la medida necesaria, 
con ella trazamos nuestro camino
o medimos el sentimiento de infinidad. 
“Si tenemos que volar en la inexistencia del tiempo
de aquí hacia la eternidad de la estrellas,
la medida exacta de la distancia abarcada
es el punto donde estamos.”
Las alas del pájaro luminoso se debaten, solas,
lo percibo, incluso ahora, dentro de mi huesos."

Marjorie Evasco


Ritual de despedida

Para Grace y Juaniyo

Vete ahora, vete al mediodía 
cuando esta ciudad 
se intensifique en la luz
como tu dolor mudo.

Hay muchas formas de partir:
aún si elegimos callar. 
Mientras permanecemos inamovibles,
nuestros cuerpos, manos, pies y sentidos
ponen en marcha sus propios lenguajes,
reúnen de cuarto en cuarto cosas para empacar 
o entretejen calles y bulevares
después de la usual cerveza frente al crepúsculo.

Es más fácil partir
a mitad del día --
La vista desde el puerto, postalmente hermosa
acentuada por el humo de las cocinas
y las acacias floreciendo-- 
Una escena cotidiana en un día de octubre 
que probablemente será la misma
cuando regreses: una extraña certeza
de infinidades o ese algo
llamado por nosotros indestructible. 

Marjorie Evasco
Traducidos del inglés por Francisco Ruiz Udiel & Ulises Juárez Polanco










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