Entrega

Miro las hileras de imágenes de las nubes,
hasta dispersarse y descubrir su ruta azul.
Flotaba solitaria en todos los mundos,
descifré los estrelloglíficos
y los signos lunares en torno al hombre.
Y tímida me pregunté si o cuando
alguna vez he nacido y después muerto.
Un vestido de duda tenía puesto,
qué antiguo dolor, consagrado a mí,
tejió en la rueda del tiempo.
Y cada imagen que de este mundo gané
perdí doblemente, y también lo que imaginaba. 

Else Lasker-Schüler 



Estoy triste

"Tus besos oscurecen, sobre mi boca.
Ya no me quieres.

¡Y cómo viniste!
Azul a causa del paraíso;

En torno a tus más dulces fuentes
Revoloteó mi corazón.

Ahora quiero maquillarlo,
Igual que las prostitutas
Colorean de rojo la rosa marchita de sus caderas.

Nuestros ojos están entornados,
Como cielo agonizante 

Ha envejecido la luna.
La noche ya no despertará.

Apenas te acuerdas de mí.
¿A dónde iré con mi corazón?"

Else Lasker-Schüler 
Versión de Sonia Almau



 “He llegado a la meta de mi corazón.
           No hay ningún rayo que vaya más allá.
                            Dejo detrás de mí el mundo…”

Else Lasker-Schüler 


Jerusalén

Dios hizo de su columna vertebral:
Palestina de un solo hueso Jerusalén

Camino entre mausoleos -
nuestra ciudad santa se ha petrificado.
Piedras descansan en el lecho de sus lagos muertos
en vez de las aguas sedosas que allí jugaban: venir, parecer.

Abismos miran con dureza al caminante -
Que se hunde en sus estáticas noches.
Tengo un miedo que no puedo superar.

Si tu vinieras…
envuelto en el claro manto alpino -
y tomaras la penumbra de mi vida –
mi brazo te enmarcaría como a la imagen de un santo.

Como antes cuando sufría en la oscuridad de mi corazón –
tus ojos: nubes azules.
Me alejaban de mi tristeza.

Si tú vinieras –
Al país de los ancestros –
Me dirías como a un niño:
Jerusalén - ¡resucita!

Nos saludan
las banderas del único Dios,
retoños en las manos que siembran la vida.

Else Lasker-Schüler 



“Le hice trampas al mundo, el mundo me las hizo.”

Else Lasker-Schüler 


Mi piano azul

Tengo en casa un piano azul
Aunque no sé ninguna nota.

Está a la sombra de la puerta del sótano
Desde que el mundo se enrudeció.

Tocan cuatro manos de estrella
-La mujer-luna cantó en la barca-,
Ahora bailan las ratas en el tecleo.

Rota está la tapa del piano...
Lloro a la muerta azul.

Ah, queridos ángeles, abridme
-Comí del pan amargo-
A mí con vida la puerta del cielo-
Incluso contra lo prohibido.

Else Lasker-Schüler 





“No soy un ser humano en el sentido estricto, pero tampoco un animal […], y no debe asombrarles […] que mi vida se divida en dos mitades.”

Else Lasker-Schüler 


Obertura

"Nos separamos en el preludio del amor...
En mi corazón resplandecía aún clara tu palabra,
Y callados fuimos extinguiéndonos en el torbellino urbano,
Bajo el velo de la tarde del turbio septiembre
En un sollozante acorde.
Así en la breve obertura de amor
Nos esfumamos de esta tierra
A través de paraísos hasta las puertas del cielo-
Y no fueron necesarios los juramentos de amor eterno
Ni los besos del azul y mágico crimen."

Else Lasker-Schüler 
Versión de Sonia Almau


Resignación

"Abrázame maternal y suave,
y muéstrame el reino celeste,
Tú noche soñadora;
Y haz descansar mis pesares,
~ Ocultos en tu regazo ~
Sobre rosas y sobre hojas de plata
En el profundo polvo de la tierra.

En la luz crepuscular, en el brillo crepuscular
Se pulverizan tus ensueños
En la suntuosidad azul de las nubes.
Me preparo para la batalla del día.
Y ansío la noche eterna.
Para derretirme silenciosamente en el rojo de la tarde,
En tu brazo de salvador, muerte."

Else Lasker-Schüler 
Versión de Sonia Almau




Sueño tan en silencio contigo

"Siempre vienen por la mañana colores dolientes,
Son como tu alma.

Oh, tengo que pensar en ti,
Y por todas partes florecen ojos tan tristes.

Y te hablé de grandes estrellas,
Pero tú mirabas a la tierra.

Noches crecen de mi cabeza,
No sé a dónde ir.

Sueño tan en silencio contigo- 
Blanca cuelga ya la seda sobre mis ojos.

Por qué no has dejado
La tierra en torno a mí- dí"

Else Lasker-Schüler 
Versión de Sonia Almau


Tarde

"Pálidas están mis ganas de vivir, ...
Caí tan sola sobre la tierra,
Nunca ha sabido un hombre de dónde vine,
Sólo tú, pues algún día me uniré contigo.

Las bahías me rodean desde lejos,
Todas las cosas las vivo en la espuma.
El hombre que hostil me persigue, se estrella.
Y sé sólo de él en el sueño.

Y así vivo la creación de este mundo,
En la tierra ya liberada de su cáscara.
Y tú, la estrella, que del alto cielo cae,
Se entierra profundamente en el valle de mi corazón.

La tarde oscurece mucho mi sangre,
Vetea atormentada mi alma cansada.
Desnuda asciende de nuevo desde la marea anterior al mundo
Y teme que encarnada aquí en la tierra se equivoque.

Y lo que el día, antes de despertar,
Se perdió de la aurora...
Se lo ofrece el soñador juego de imágenes nocturnas
En tejidos multicolores.

Me traen lejanas manos a casa
Un piadoso ramo de hoces amarillas.
La manecilla anda silenciosa por la esfera
Del reloj de sol, que oro de mi vida tiene."

Else Lasker-Schüler 
Versión de Sonia Almau
















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